miércoles, 16 de diciembre de 2015

Petróleo: de la accion al partir.
Por: Odoardo León-Ponte.
El crecimiento de la industria petrolera, condición indispensable para que el país pueda incrementar su actual única fuente de ingresos, ahora aquejada más aún por una enorme reducción de los precios del barril en contraposición a la creciente necesidad de ingresos para remediar nuestra inmensamente disminuida fuente de fondos para el estado, requiere un giro total hacia una apertura que permita la incorporación del capital privado en todas las áreas de esa actividad: se requiere romper el “Candado Petrolero” (ver mi contribución de 2012 “El candado petrolero y el futuro” incorporada a mi blog odoadolp.blogspot.com). Ese es el ¿qué? Veamos el ¿cómo? que es la clave de la acción. Y la otra pata es la privatización.

¿Cómo atraer la inversión privada? 1. Mientras la apelación jurídica esté sometida únicamente a los  tribunales nacionales será difícil que en alguien venga a invertir en petróleo y mucho menos por el futuro previsible en el que los precios estarán muy bajos y habrá un excedente de producción de crudos de mejor calidad y menos costosos y riesgosos que los nuestros. Habrá que proveer condiciones ventajosas. La respuesta es obvia. 2. El estado venezolano tendrá que usar los pocos fondos de los que dispone para atender a la tragedia socio/económica y no podrá distraer ni una locha para invertir a futuro en petróleo ni en la reparación y el mantenimiento de sus instalaciones: luego la fuente de inversión para atender a esas necesidades deberá ser el capital privado que no trae las ataduras políticas de la inversión de compañías estatales. No hay alternativa: el camino para lograrlo es la “apertura” y la concesión a través de licitación de las plantas e instalaciones existentes y de las nuevas que sea necesario construir ya que no dispondremos de los fondos para ello, si queremos atender a la tragedia socio/económica  socio/económica nacional. Estos aspectos se resuelven a través de la modificación de las leyes relativas al petróleo y el gas.  

¿Qué hacer con Pdvsa? Inicialmente desvestirla de todas las funciones que no son propias de su rol  como productora de fondos, pasándole esas responsabilidades a los correspondientes sectores del estado. Luego, evaluar la capacidad real de Pdvsa para atender a sus responsabilidades bajo las nuevas circunstancias, entendiendo que estaría allí para producir ingresos para el estado y determinando qué dimensiones tiene la naturaleza del problema a ver si tiene la capacidad de actualizar y modernizar sus instalaciones (ya con más de veinte años de deterioro por desatención)) y producir para el estado sin mermar los ingresos requeridos por la tragedia nacional (es imposible que Pdvsa pueda hacer las dos cosas). Conclusión: privatizar a través de una nueva “apertura” para que no se usen los pocos fondos que tendremos para solucionar asuntos que se puede solucionar con inversión privada.

En resumen: se trata de asegurar que haya el dinero para producir los máximos ingresos posibles para un estado deficitario en fondos y asegurar la reposición de la industria a niveles de producción de ingresos para el estado cónsonos con los requerimientos de la grave situación socio/económica que permanecerá por el futuro previsible. Eso no se podrá lograr mientras la actividad requiera fondos de un estado deficitario en fondos. Aparte: lo mismo es aplicable a las otras actividades en manos del estado. Se acabó el socialismo de un estado propietario de los bienes de producción.
 Caracas, Diciembre de 2015.
odoardolp.blogspot.com

@oleopon 

martes, 15 de diciembre de 2015

6D: el mandato.
Por: Odoardo León-Ponte.
No cabe duda sobre el mandato que recibió la Asamblea el 6D. “Hagan lo que sea necesario para cambiar el rumbo y orientar al país hacia los senderos del progreso”. El mismo mandato que le dieron a Chávez en 1988 y que él y sus huestes dilapidaron miserablemente. No cabe duda sobre cuál en la naturaleza del mandato ya que le dieron a la Asamblea los máximos poderes establecidos en la constitución: más de eso es imposible. Es como si el electorado le hubiera dicho: “las excusas son inaceptables”. De nuevo será el ¿cómo? el que determinará el grado de éxito. Pero habrá ciertas premisas sobre la cuales será necesario basar la acción. Veamos.

El mantenimiento del poder máximo dependerá del mantenimiento de una unidad blindada para asegurar su mantenimiento: la  mayoría calificada. Algunos podemos recordar “el voto clave o decisivo” que se usó como “movida” política. Hasta hoy ese voto se ha manifestado en los “saltos de talanquera”; un mecanismo usado por quienes no tienen convicciones  en función del origen de su mandato.

 Específicamente se requiere: 1. Tomar un rumbo y una orientación distintas a los ya conocidos de la “cuarta” y la “quinta” y que no deben reflejar para nada los que entonces se hizo: se requieren nuevas fórmulas que rompan el prototipo de ambas etapas: nuevas ideas y fórmulas distintas a todas las que en el pasado no nos dieron la realidad necesaria para el continuado progreso sino para el “sube y baja” del que hemos sufrido en forma prolongada. 2. La celeridad en la toma de decisiones con el objeto de no perder el impulso que da el inmenso grado de poder recibido. 3. La deposición de los miedos a tomar medidas de trascendencia que permitan hacer ver que hay rápida acción consona con la urgencia de las necesidades. 4. Romper a través de una exigencia de participación unida a la efectividad y competitividad de la contribución, los parámetros que no han permitido que nuestras empresas nacionales sean competitivas a nivel mundial. 5. Tomar las acciones necesarias para que se pueda dar la seguridad jurídica necesaria para que el capital privado tenga la seguridad de que su inversión y sus derechos  serán respetados: indispensable. 6. Tomar las medidas para que se hagan los ajustes necesarios a los parámetros económicos para enderezar las proporciones y relaciones perdidas en estos 16 años. 7. Enderezar el torcido rumbo que ha tomado la actitud y actuación de la gente en el país. 8. En forma acelerada buscar una relación y un balance equilibrados entre los poderes. 9. Limpiar la casa en cuanto al desastre creado por el desgobierno socialista inviable en trance de salida. 10. Atender a las necesidades inmediatas e impostergables de la gente en términos de su tragedia económica. 11. Indagar sin miedo en todo lo incorrecto realizado hasta la fecha. 12. Designar personas s idóneas y calificadas para los poderes públicos según lo establecido en la Constitución. 13. Rescatar la imagen de nuestro país en términos de sus representantes en el exterior.  14. Restablecer las responsabilidades correspondientes a los distintos segmentos de la organización del estado incluyendo la profundización de la descentralización.  15. Atacar el pronto desarrollo a través de la privatización de las actividades indispensables para el crecimiento de la economía. 16. Dar preferencia a nuestros intereses internos vs los de una aparente conveniencia externa. 17. Dejar de ser un país adjetivo: para todo seamos venezolanos (sustantivo) y no bolivarianos (adjetivo). Aparte: toda la ristra de otros problemas por resolver.
Caracas, Diciembre de 2015.
odoardolp.blogspot.com
@oleopon


lunes, 14 de diciembre de 2015

Petróleo y privatización.
Por: Odoardo León-Ponte.
La situación financiera del país, en términos de disponibilidad vs necesidades, es dramática: todo producto de muchos años de indulgencia en los que solo se ha empobrecido al país, dejando pasar la posibilidad de hacer y ahorrar y así permitir el progreso en contraste con la situación actual en la que todo está atrasado: lo que normalmente se hubiera hecho, lo que se hubiera hecho para crecer y los ahorros consiguientes que se hubieran podido generar con el excedente de los ingresos en términos de la diferencia entre la capacidad de hacer y la posible. Resultado: está pendiente todo lo que se hubiera tenido que hacer en generación de energía, producción de petróleo, infraestructura del país, dimensión de la actividad privada de producción y manufactura en comparación con el déficit generalizado que tenemos y el pago de una deuda por determinar u con precios en caída del barril de petróleo. Con este breve resumen de la tragedia que nos acosa, veremos que habrá poca disponibilidad financiera para atender a lo que hubiéramos tenido que hacer, lo nuevo que era necesario hacer y los ahorros que no hicimos, ya que el gobierno de turno nos ha circunscrito al despilfarro, la corrupción y la destrucción durante este Siglo XXI. Habrá necesidad de generar ingresos que no estamos en capacidad de generar ni ofrecer para la tarea de poner el país al día. Y la población sigue creciendo. Ese es el “qué”. Veamos varios casos como ejemplo.  

Cantv: todo el sistema de telecomunicaciones está atrasado, tanto en capacidad como velocidad. Corpoelec: el sistema es deficitario en capacidad de generación y capacidad de transmisión de electricidad vs los requerimientos. Vialidad: no se han incorporado nuevas carreteras o avenidas (solo uno que otro puente de guerra) en mucho tiempo ni ferrocarriles o metros. Sanidad, asistencia social y educación: la red de hospitales, escuelas y epidemiología es deficitaria y requiere una actualización en sus instalaciones y servicios. Minería, industria y manufactura: todas están en quiebra y en producción extremadamente precaria. Seguro social: es el original y aparte de no proveer ningún servicio aceptable, también provee una pensión mínima mensual de US$10 para cada jubilado. Agua: no hay un servicio de agua potable que satisfaga las necesidades de la población. Transporte: tiene un atraso de muchos años y no hay planes para su desarrollo. Petróleo: Pdvsa ha perdido dos millones (2.000.000) de barriles diarios de producción propia en este siglo equivalente a ciento veinte y cinco mil (125.000) barriles diarios de producción por año y está solo capacitada para reducirla en vez de siquiera mantenerla. Insumos para la producción nacional: no hay dólares para importar. ¡Y pare de contar! Y todo lo anterior está en manos de un estado hipertrofiado sin ingresos suficientes, que usa créditos que no estará en capacidad de pagar y emite dinero inorgánico y nos mantiene en cola permanente para todo los que hacemos: cajeros, abastos, clínicas, tráfico, etc. ¿”Cómo” haremos para cambiar esta realidad? La respuesta de vida o muerte es la privatización de todo lo que la actividad privada pueda hacer en forma competitiva. El estado se reservaría lo que solo él puede hacer: legislar, aplicar la ley, preservar los derechos individuales y colectivos, fijar condiciones para el progreso, y asegurar la provisión de los servicios básicos y la ayuda a los necesitados para su Desarrollo Humano.
Caracas, Diciembre de 2015. odoardolp@gmail.com odoardolp.blogspot.com @oleopon

jueves, 10 de diciembre de 2015

El candado petrolero y el futuro.   
Julio de 2012.
La constitución reserva al Estado “la actividad petrolera” y le obliga a promover “la manufactura nacional de materias primas provenientes de la explotación de los recursos naturales no renovables”.  Igualmente, con relación a la “explotación de los recursos naturales propiedad de la Nación”, permite al estado “otorgar concesiones por tiempo determinado”. Por otra parte, se establece que únicamente en el caso de PDVSA “o del ente creado para el manejo de la industria petrolera”, el “Estado conservará la totalidad de las acciones”, exceptuándose expresamente “a las filiales, asociaciones estratégicas, empresas y cualquiera otra que se haya constituido o se constituya como consecuencia del desarrollo de negocios de PDVSA”. La reforma de la Ley Orgánica de Hidrocarburos (LOH) de 2006, reserva las actividades primarias al Estado, a empresas de su exclusiva propiedad  o aquellas en las que tenga más del 50% de propiedad. Esta misma limitación se establece en la reforma de 2009 de la Ley Orgánica para el Desarrollo de las Actividades  Petroquímicas, Carboquímicas y Fósfoquímicas. En 2009 se modificó la definición de empresas mixtas existentes obligándose a que las mismas tuvieran a la CVP u otra filial como socio mayoritario con por lo menos 60% de propiedad. La LOH de 2001 permite la realización de actividades de destilación, purificación y transformación de los hidrocarburos naturales por parte de cualquier persona o ente. Solo los tribunales de la República y no el CIADI, determinarán las controversias entre socios. La reforma del 2009 de la Ley Orgánica que Reserva al Estado Bienes y Servicios Conexos a las Actividades Primarias de Hidrocarburos permite expropiar bienes y servicios utilizados, que anteriormente eran realizados directamente por PDVSA y sus filiales, que hubieran sido tercerizadas. La Ley Orgánica de Hidrocarburos Gaseosos de 1999 permite que para los gases no asociados, es decir, los yacimientos de gas libre, todas las actividades pueden ser realizadas por entes del Estado o de su propiedad y por personas privadas, con o sin la participación del  Estado. En 2009, en su reforma se estableció la participación cooperativista, social y colectiva, con la finalidad de fortalecer el sector productivo popular y el socialismo.
Estas son las condiciones resumidas que obligan en la actividad petrolera en nuestro país.

Por consiguiente, para las actividades primarias relacionadas con el petróleo, PDVSA tiene que aportar el capital necesario para el desarrollo de las nuevas actividades en base a su participación accionaria: 100% en actividades propias y 60% en el caso de las empresas mixtas.
Por otra parte, todo lo relacionado con las actividades propias de PDVSA para ampliar su capacidad de producción a futuro (exploración, producción y mejoramiento) y mantener su infraestructura de producción y refinación en el país es de su exclusiva responsabilidad.  

La producción propia de PDVSA ha mermado significativamente, la de las empresas mixtas está estancada, el parque industrial propio y la infraestructura de PDVSA están en el suelo y la actividad a futuro está en veremos, todo por falta de la capacidad de acción o de inversión de PDVSA. Con las limitaciones legales existentes ¿qué acciones inmediatas podemos tomar para abrir el candado legal que impide el desarrollo urgente e indispensable del petróleo?  
      


El petróleo y la repartición de los ingresos.
Por: Odoardo León-Ponte.
Hay un dilema referente al uso de los fondos provenientes de la actividad petrolera: repartirlo a los ciudadanos o usarlo para el desarrollo del país y el Desarrollo Humano de la gente. Pero debemos partir de la premisa presente que hace que para enrumbar al país hacia la senda del desarrollo, se van a necesitar todos los fondos disponibles y con toda seguridad que nos  quedaremos cortos en cuanto a las necesidades reales versus la disponibilidad, una vez abierta la caja de pandora que nos conoceremos al iniciar la salida del socialismo de siglo XXI.

El país necesita una inmensa cantidad de fondos para actualizar todo lo que no se ha hecho y para reparar y reponer todo lo que se ha dañado durante los últimos 25 años, además de los fondos necesarios para expandir la infraestructura para comenzar a adecuarla a las consideraciones actuales y futuras de crecimiento del país. Inmensa cantidad todavía no cuantificada. Las solas necesidades de la actividad petrolera en manos del estado requeriría todos los fondos que genere el petróleo por los próximos años para adecuar su infraestructura y hacerla operativa dentro de rangos y estandares aceptables en cuanto a producción, transporte, refinación y distribución de crudos y productos y seguridad. Recordemos que durante los últimos diez años, la actividad petrolera del estado ha sido desatendida totalmente, disminuyendo su capacidad generadora de dinero a tasas ínfimas, aparte de que tampoco se prevé un incremento en los precios ni en la producción que permita generar más fondos que los actuales para las necesidades antes mencionadas. Si al panorama anterior le añadimos la tesis de que los fondos generados deben ir al ciudadano, dejaríamos sin fondos al estado para atender a sus necesidades para con la gente, por lo menos en cuanto a los subsidios que será necesario mantener durante el largo tiempo que tomará calificar a la gente para mantenerse por sus propios medios. ¿Y si incorporamos los reales necesarios para importar todo lo que consumimos y para aumentar el caudal del aparato productivo privado? Como quiera que se analice el panorama financiero, aunque solo sea por encimita, encontraremos que enfrentamos y enfrentaremos una situación de inmensa escasez de fondos y de insumos y bienes de consumo durante los años por venir. ¡Que dilema! ¿O será “trilema” o “multilema”? Como quiera que se vea, parecería que no tendremos los fondos necesarios para atender a las necesidades, ni la posibilidad de aumentarlos de inmediato (la lentitud relativa al aumento de la producción: el candado petrolero y menores precios y producción de petróleo). ¿Qué hacer y sobre todo ¿cómo? hacer  para resolver este complejo “multilema”? Por el camino que hemos transitado  no se podrá resolver  la situación financiera para atender a las necesidades para convertirnos en un país viable.

Continuarán los tiempos difíciles como los que nunca antes hemos enfrentado y no tenemos a la mano los instrumentos producto de los nuevos enfoques que tampoco tenemos y que se requieren para resolver la situación a la que hemos llegado y poder encaminar al país hacia una nueva senda del prometido pero nunca logrado progreso. La pregunta a contestar: ¿Cuáles son las políticas y las estrategias que se aplicarán para resolver este difícil cuadro? ¿Quién las ofrecerá para iniciar las necesarias y urgentes discusiones y el urgente resultante plan de acción para llevarlas a cabo? Pero por favor que no sean más de lo mismo. Se necesitan ideas nuevas; creativas; progresistas; osadas; a futuro.
Caracas, Diciembre de 2015.
odoardolp@gmail.com  odoardolp.blogspot.com @oleopon


martes, 8 de diciembre de 2015

El blindaje del petróleo.
Por: Odoardo León-ponte
Partiendo de la premisa de que ahora, más que nunca, dependemos del petróleo para nuestra subsistencia como país, debemos diseñar un juego de políticas y estrategias que lo protejan para que nuestro país sea viable: debemos “blindar” al petróleo para minimizar la posibilidad de que las acciones desacertadas de las que ha sido objeto no vuelvan a ocurrir. De otra forma seguiremos siendo un país de “estira y encoje” que no llegará a desarrollarse nunca y que seguirá sometido a lo que suceda de acuerdo con la mejor o peor voluntad del gobernante de turno y sin factor de continuidad para el progreso. Llevamos cien años de actividad petrolera, buscando la forma de evadir la mejor manera de enfocar su verdadero desarrollo con excusas y fórmulas inaceptables. Se trata ahora, con base a esos  cien años de experiencias y fracasos, de asegurar el blindaje de la actividad petrolera para que sea posible asegurar que esta produzca lo que necesitamos como base para nuestro desarrollo. No se trata de fórmulas de izquierda o de derecha en el manejo del petróleo en sus distintos grados, como anotan algunos observadores poco acertados, sino de disminuir la posibilidad de que nuestra desacertada dirigencia pueda causar los tropiezos en su desarrollo tal y como se han anotado en los cien años que llevamos tratando de convertirlo en nuestra base de desarrollo, afectándolo negativamente cada vez más en perjuicio de nuestra gente, exceptuando a los pocos que la han usado para beneficio personal, como trampolín político o como fuente de enriquecimiento.

¿Qué deberíamos haber aprendido? 1. Que el petróleo requiere dinero (que no tenemos), tecnología (que no tenemos ni tenemos con qué comprar) y recursos humanos calificados (que no tenemos ni podremos pagar) y que esos recursos están en manos del inversionista privado. 2.  Que nunca hemos tenido (y ahora menos) esos recursos financieros y humanos (mucho menos después de la “decapitación”) y si los tuviéramos, serían necesarios para hacer todo lo que no hemos hecho en estos cien años de” bonanza” petrolera en áreas distintas al petróleo. 3. Que las alianzas con empresas estatales traen compromisos políticos que deben quedar fuera del negocio petrolero. 4. Que el manejo del petróleo requiere independencia para las decisiones sobre inversión que deben estar ligadas a las necesidades del negocio y no limitadas por las del estado. 5. Que el estado debe permitir y promover (y no frenar) el crecimiento de la actividad petrolera a través de las inversiones del capital privado. 6. Que la clave para el crecimiento del país está en el crecimiento de la capacidad de la industria petrolera, ahora diezmada, para generar fondos que puedan ser utilizados a su vez para el desarrollo del país y que estos fondos sean distintos a los que se requieren para el desarrollo del petróleo. 7. Que desde la perspectiva a futuro, igual situación tenemos en cuanto a toda la ristra de empresas quebradas pertenecientes al capitalismo del estado y al que, en lógico paralelo, debemos aplicar las mismas pautas: Cantv, Sidor, café, aluminio, etc. 8. Que todos los fondos que podamos generar en el corto y mediano plazo serán insuficientes para las necesidades generadas por incapacidad, indolencia o inacción y para apoyar al desarrollo de la industria privada indispensable para nuestro desarrollo.  9. Que con la crítica situación que hemos desarrollado no podremos, consciente y responsablemente, creer que podremos disponer de los fondos y recursos humanos necesarios para cumplir esa gesta, dentro de una estrategia unida a un capitalismo de estado: créelo sería soñar despiertos. 10. Que mientras menos fondos pasen por las manos del estado, menos oportunidad habrá para la corrupción. Y por andar soñando despiertos durante estos cien años es que no viajamos en el tren del desarrollo basado en el petróleo y hemos perjudicado la posibilidad de una democracia fundamentada en una economía basada en pilares suficientemente fuertes para mantener la libertad basada en conceptos de Desarrollo Humano.

Caracas, Diciembre de 2015. odoardolp@gmail.com odoardolp.blogspot.com @oleopon  

viernes, 4 de diciembre de 2015

El petróleo y la realidad actual.
Por: Odoardo León-Ponte.
Los tiempos han cambiado. Ya no somos ni podremos llegar a ser el gran país petrolero que en alguna oportunidad fuimos o que pudiéramos haber sido si no hubiéramos tomado el derrotero que tomamos. Analicemos el panorama actual.

Pdvsa se ha descolgado de su sitial de excelencia de otras épocas, una vez tomada la decisión equivocada de estatizar la actividad y abierto el camino para convertirla en fuente de poder político en vez de en fuente de fondos para el desarrollo. Con el agregado de la estatización adicional en todos los renglones de la actividad industrial, o comercial, el caudal de fondos para el desarrollo del país se ha reducido a cero, ya que lo poco que queda se va a la actividad política para el mantenimiento del poder y el mantenimiento de una economía de hambre. Pero los fondos tampoco alcanzan para esa actividad ya que por dedicarlos exclusivamente en esa función se desatiende a los esencial de la vida, como son la salud, la educación y los servicios, llegándose al punto de deshacer con una mano lo que se quisiera hacer con la otra.Los líderes políticos de los viejos y nuevos partidos siguen hablando en términos del ¿qué? Y se olvidan o no saben ¿cómo? cambiar la situación, cómo enderezar al país enrumbándolo por derroteros de progreso. Parecería que los viejos no han aprendido que sus acciones contribuyeron a lo que tenemos y que los nuevos están aprendiendo de ellos y repitiendo el mismo cacareo, en vez de definir nuevas estrategias  para el desarrollo. Quizás eso se deba a que no ha habido un adecuado  relevo generacional y permanecen en acción personajes que debieron haber pasado a la retaguardia. Y los nuevos solo se ven en el espejo o en el reflejo de aquellos que habiendo tenido la posibilidad de cambiar para el progreso solo siguieron haciendo lo mismo que no ha generado resultados positivos.

Si tomamos el ejemplo del petróleo, los políticos, aún los nuevos, piensan que la producción podrá subir de inmediato para remediar nuestros males: se olvidan de que un proyecto de la faja se tardaría por lo menos 10 años en llegar al punto de equilibrio (break even) con inversiones considerables y que las ganancias se generarían en los años subsiguientes y que tendrían que darse las condiciones requeridas para que los inversionistas privados vinieran a invertir (habría que deshacer el candado petrolero). Peor aún, ahora la carga es total sobre el petróleo mermado, diezmado y encadenad porque, aparte de él, aunque insuficientemente,  ahora no hay un parque industrial privado que pueda contribuir a balancear la carga para satisfacer las inmensas necesidades causadas por el trajinar sobre la obstaculización del desarrollo petrolero. Pero ¿cómo hacer para remediar nuestras necesidades acumuladas y proveer un caudal creciente de ingresos que permita recuperar cien años de actividad petrolera tirados por la borda? Ya no tenemos ni el dinero ni la tecnología ni los recursos humanos (se les decapitó) para hacerlo bajo la fórmula de un “capitalismo fracasado de estado” que en estos momentos y por el futuro inmediato nos agobia.


Necesitamos nuevas ideas de nuevas gentes que traigan consigo nuevos enfoques para sacar a nuestro país del deterioro generalizado al que nos han llevado todos los enfoques negativos e improductivos que hemos desarrollado en estos cien años de dependencia petrolera. Durante esos cien años solo hemos dado traspiés pensando que los enfoques izquierdistas en materia económica eran la fórmula para un desarrollo con paso firme de continuado progreso. Nos equivocamos. Requerimos un nuevo enfoque de capitalismo de mercado basado en la inversión de la empresa privada confiando en que el estado pueda realmente resolver las que son sus verdaderas responsabilidades. Caracas, Noviembre de 2015. odoardolp@gmail.com  @oleopon

martes, 1 de diciembre de 2015

El petróleo: una nueva estrategia.
Por: Odoardo León-Ponte.
La comercialización de crudo y productos en el mercado petrolero (la sangre de nuestro sistema) requiere políticas y estrategias que aseguren la flexibilidad necesaria para aprovechar las alternativas de los vaivenes del mercado internacional. Esas políticas y estrategias serían aplicables tanto a la producción propia (si es que en definitiva conviene tenerla a la luz de la tragedia de Pdvsa) y a la producción de terceros que en todo caso será una necesidad perentoria. La flexibilidad está en aprovechar principalmente: 1. Las variables del mercado en cuanto a dónde esté la ganancia, teniendo la capacidad necesaria para ganar aguas abajo o aguas arriba sin tener que cerrar producción, cuando la ganancia está aguas abajo; es decir: poder tener la capacidad de colocar en nuestras refinerías, en todo caso, lo que produzcamos que sea de menor posibilidad de colocación; 2. El potencial de producción (diferencial entre producción y capacidad de producción) que nos permita aprovechar las oportunidades cuando la ganancia esté aguas arriba y el mercado esté holgado; 3. Tener la óptima composición de calidad de crudos, pero sobre todo de las necesarias para los tipos de crudos de nuestras refinerías (o las de terceros a través de contratos o adquisición parcial) y para la venta en el mercado distinto al propio; 4. Poder colocar el crudo en nuestras refinerías cuando el mercado esté corto y haya que cerrar producción; 5. Disponer de capacidad de refinación en nuestro país para atender a las necesidades del mercado interno, tanto en volumen de consumo como en requerimientos de crudo para mezclas; 6. Vender principalmente al consumidor directo para evadir las posibilidades de negocios de intermediarios (corrupción) y, excepcionalmente, en el mercado “spot” al mejor postor, previa licitación; 7. Identificar separadamente la producción de “Bitumen” (crudo de la faja) de las del crudo convencional para poder apartarlo de las limitaciones a la producción de crudo convencional por nuestra participación en la OPEP; 8. Asegurar que la producción, refinación, transporte y comercialización (incluyendo el mercado interno) de crudos y productos no esté limitada por la disponibilidad de fondos por parte del estado (que requerirá por el futuro previsible y para otros fines todo lo que pueda generar) ni por las trabas a la actividad petrolera privada, fuera de las que se ajusten a las políticas y estrategias aquí enunciadas; 9. Que el crecimiento de la actividad de la industria (si es que en definitiva se decide por razones “económicamente justificables” dentro de estas políticas y estrategias el mantenimiento de una actividad petrolera en manos del estado) se base en la inversión privada asegurando así su desarrollo para generar ingresos incrementados para que el estado pueda cumplir con sus responsabilidades específicas; 10. Que lo que pudiera quedar de Pdvsa (si es que se justifica económicamente dentro de estas nuevas políticas y estrategias) se dedique única y exclusivamente a lo que tenga relación con su objetivo redefinido (nunca debió cambiarse) en términos de producir ingresos para que el estado pueda cumplir con sus objetivos redefinidos (Sería también necesaria una redefinición de las políticas y las estrategias del estado para asegurar que las nuevas para el petróleo encajen dentro de ellas). Por supuesto que todo lo anterior requeriría como condición indispensable una legislación que rompa el candado petrolero y que dé seguridad al inversionista privado de que no le cantaremos, repentinamente, y por tercera vez: “con tin coleo”.
Caracas, Noviembre de 2015.
odoardolp.blogspot.com
@oleopon