martes, 18 de octubre de 2016

La renta petrolera.
Por: Odoardo León-Ponte.
Los partidos políticos que ahora están en la oposición, cuando les tocó gobernar en la “cuarta”, manejaron los dineros provenientes del petróleo con el criterio de renta petrolera y siempre la culpa de que los reales no alcanzaran fue de alguien fuera del ámbito nacional, sin que se responsabilizara a nadie por las filtraciones de fondos hacia destinos improductivos. Se esperaba a que subiera el precio del petróleo para resolver y al hacerlo se iniciaba una bonanza económica: de otra forma se entraba en recesión. Era el sube y baja del rentismo basado en los ingresos dependientes precios del petróleo. En esta llamada “quinta” con la ilusión de que los precios llegarían a US$200 por barril, el enfoque de rentismo se llevó a los extremos y de convirtió al petróleo en la caja chica del gobierno de turno y en el proceso se dilapidó toda la fortuna que recibimos como resultado de los inmensos ingreso que recibió el gobierno. Ahora, con el inicio del fin de la bonanza del petróleo y como resultado de las acciones destructivas del gobierno que hemos tenido durante este siglo, nos encontramos sin renta petrolera de la que podamos disponer (ya casi que vendemos para cubrir los costos) y no tenemos ingresos producto de la tan cacareada “siembra del petróleo” que nunca hicimos. Hemos llegado a una situación de hambre y enfermedades que no se pueden curar, producto de la destrucción de nuestra economía “sembrada” por los gobernantes de turno durante este siglo.

¿Y cómo resolver la ecuación que se nos presenta de no tener con qué producir ni con qué importar? ¿Y cómo resolver la situación de no tener ahora renta petrolera ni las esperanzas de que la lleguemos a tener de nuevo? ¿Y cómo van a hacer los partidos políticos de la oposición cuando lleguen al poder si lo que saben y recuerdan (y lo que pueden haber aprendido los más jóvenes) es hacer lo que hemos hecho antes de y durante el período de gobierno de este siglo, sin saber qué hacer que sea distinto a los que hemos conocido y que ha redundado en la dilapidación de los ingresos generados durante los cien años de rentismo petrolero?

No es solo salir del infeliz gobierno que nos ha traumatizado la vida a las grandes mayorías; se trata de iniciar una nueva vida sin engaños (ni reuniones secretas) para encontrar y tomar una nueva ruta, al estilo de los que navegan por primera vez en aguas desconocidas, para asegurarle al conglomerado de nuestra gente un nuevo enfoque político basado en la verdad (aunque sea amarga): es iniciar la larga y pronunciada marcha hacia la búsqueda y el logro de una nueva forma de manejar la variables políticas y económicas, bajo nuevas reglas adecuadas a la nueva y triste realidad. No servirán los conceptos ni de la constitución del ‘61 ni de la de ’99. Ahora el juego es otro y requiere nuevas fórmulas que permitan regenerar el país de modo que podamos empezar de nuevo después de haber desperdiciado los cien años de rentismo petrolero, pero pensando que todo el trayecto recorrido durante la cuarta y la quinta está perdido.  Solo nos queda la voluntad democrática, pero ahora ya no habrá renta petrolera. Habrá que idear nuevas formas de generar la riqueza que vamos a necesitar para convertirnos en un nuevo país. Un país que permita llegar a lograr la libertad que se necesita para ser una verdadera democracia. Una pregunta: ¿Cómo hacen los países que no tienen renta petrolera? ¿Será que trabajan para labrar progreso y asegurar su futuro?
Caracas, Octubre de 2016.
odoardolp.blogspot.com
@oleopon