martes, 7 de marzo de 2017

Diversificación.
Por: Odoardo León-Ponte.
Nuestra situación actual debería retrotraernos a lo que se supone que debimos haber hecho con el producto de la explotación del petróleo: diversificación de nuestra economía para reducir la dependencia del petróleo y ampliar la base de sustentación de nuestra existencia: nunca logrado. Ha pasado todo lo contrario y, más bien, se ha ampliado la dependencia con el agravante de que ya los pantalones nos quedan muy cortos y los “reales” derivados del petróleo no nos alcanzan ni para lo indispensable. No se sabe si nuestros políticos tienen en mente un cambio de enfoque que nos permita trazar un rumbo completamente nuevo. Por los momentos, aparentemente, se trata solo de cambiar al gobernante y adecuar la legislación para ir deshaciendo las barbaridades que ha hecho el grupo que nos ha gobernado durante este siglo y tomar algunas medidas populistas que no resuelven nada. El plan de acción parece dirigido a retrotraernos al Siglo XX en vez de adecuarnos Siglo XXI del cual ya hemos perdido todo su trayecto, no solo por no haber progresado sino por habernos retrasado significativamente, incluso desde fines del Siglo XX. Lo importante es destacar que se nos presenta la oportunidad, porque no tenemos ninguna alternativa viable, a menos que queramos seguir penando por comida, medicinas y seguridad personal, de cambiar totalmente nuestra manera de pensar y actuar para enrumbarnos, por primera vez, en un viaje de progreso constante con medidas liberales, que puedan resolver las calamidades que tenemos y permitirle a la gente la paulatina satisfacción de sus necesidades. Pero para eso se necesita que alguien esté pensando, creativamente, en las nuevas estrategias basadas en nuestras fortalezas potenciales que debemos desarrollar para lograr ese cambio y diversificar, de verdad y no en teoría, nuestra base de sustentación económica y social. Debemos recordar que las promesas del Siglo XX no se cumplieron y que, con las mismas ideas de esa época, tampoco se cumplirán en el siglo XXI, una vez que salgamos de esta gente.

¿Qué es lo que no debemos mantener ni repetir, entre otros?
Primero: el presidencialismos a ultranza y mucho menos en términos de alabanza; segundo, la estatización de los factores de la producción, distribución y servicio; tercero, la centralización; cuarto, la selección de los ejecutivos, magistrados, poder moral y titulares de otros cargos públicos en base a afinidad política o en base a calificaciones distintas a las personales y meritocráticas; quinto, la interferencia del estado en las reglas de la economía; sexto, la sustitución de las responsabilidades de las personas e instituciones privadas por la interferencia de las instituciones o empresas del estado; séptimo, el uso de la mentira piadosa auspiciadora de la esperanza para prometer lo incumplible; octavo, el mantenimiento de la gente al margen de las decisiones con la promesa de siempre; noveno, la incorporación de militares en cargos públicos y actividades políticas; décimo, el marginamiento de las ONG’s; décimo primero, el irrespeto a los derechos individuales y colectivos; décimo segundo, el irrespeto al prójimo como regla de vida; décimo tercero, la desorientación, ex profeso, de la población; décimo cuarto, la permisividad dentro de la aplicación de las leyes y reglamentos; décimo quinto, el uso del erario público como si fuera personal y privado; décimo sexto, el incumplimiento de las normas de convivencia por parte de las empresas y oficinas del estado y décimo séptimo: hacerse de la vista gorda sobre la corrupción pasada y presente.

Habrá otro sin número de acciones, pero la muestra nos indica que hay mucho paño que cortar y mucho que cambiar y crear, empezando por una sana mentalidad del ciudadano en seguimiento al ejemplo de un comportamiento correcto  por parte de los políticos, los funcionarios públicos y los representantes del sector privado: el fin del “enchufamiento” del siglo pasado y del adefesio de este siglo, como modo de trabajo.
Caracas, Febrero de 2017.
odoardolp.blogspot.com

@oleopon