Petróleo: “ mea culpa”
y juramento.
Por: Odoardo León-Ponte.
La Iglesia, en su infinita sabiduría en la búsqueda de su
permanencia y progreso dentro de su necesario, lento y seguro proceso de cambio,
ha optado por reconocer sus errores en forma pública por boca de su máximo
representante y dirigente, el Sumo Pontífice. Así, el Papa Francisco, recientemente
ha pedido perdón a nombre de la Iglesia por los errores cometidos durante la
conquista de América. Agreguemos a esto
el reconocimiento anterior hecho por San Juan Pablo II en cuanto a los errores
de la Iglesia durante La Inquisición. Tengamos
en cuenta que el reconocimiento de esos errores es expresado por Papas que no
tuvieron nada que ver con las acciones
en referencia. Veamos lo que pudiera considerarse un paralelo,
guardando las debidas y necesarias
distancias.
Nuestro país tiene y ha extraído inmensas cantidades de
petróleo en y del subsuelo y las ha explotado bajo distintas fórmulas.
Inicialmente, la explotación se dejó en manos de los intereses extranjeros: los
únicos con el conocimiento, la tecnología y el dinero necesarios para invertir en exploración, producción,
transporte, refinación, distribución y comercialización de los crudos y
productos en una industria incipiente. En esa época la participación del estado
era a través de intermediarios a quienes se les daban los derechos de
explotación y muchos los entregaban a las operadoras. También se les dieron
derechos a las empresas directamente. Poco sabíamos y podíamos hacer en esa
etapa de la actividad dado el nivel de atraso que nos embargaba con respecto a esa
nueva fuente de energía.
Cuando salimos del oscurantismo comenzó el proceso de
poner al día al país y en paralelo a la actividad petrolera en cuanto a las
reglas de la relación entre el estado que ahora comenzaba a formularse y los
que llevaban a cabo su extracción: la Ley de Hidrocarburos, entre ellas, y el
comienzo de la calificación a través del estudio de la materia, de personal del
gobierno encargado de la supervisión del manejo de la explotación de un recurso
propiedad del estado. Pero vinieron los vientos llenos de aspiraciones
políticas con tintes distintos de rojo y comenzó el juego inconveniente de los
gobernantes con las petroleras y la búsqueda del uso de las clases desconocedoras
del tema, incluyendo a los intelectuales, como apoyo político a través de la inculcación del
criterio de que el capital extranjero y el capitalismo explotaban
inconvenientemente el recurso “de todos los venezolanos” que solo ellos
defendían.
Con prestidigitación de parte de los factores políticos y
de los económicos interesados en su progreso personal, pero no en el verdadero desarrollo
del país y de sus recursos humanos, comenzó la labor de tejer la convicción de que era necesario estatizar
el petróleo: incorporar la actividad petrolera al capitalismo del estado,
justificando todo el entramado del tejido bajo la tesis de conceptos
desarrollados bajo un haz de luz que señalaba hacia una supuesta seguridad de
estado. Debemos recordar que nuestro país fue un ”país para querer” mientras la actividad estuvo bajo la
administración del capital privado, período durante el cual “nos arropábamos
hasta donde nos llegaba la cobija”, pero durante el cual siempre estuvo
presente en la mente de los dirigentes nacionales la tesis de que el petróleo
debía ser operado por el estado, llegándose hasta el extremo de limitar su
desarrollo y acusar a “lo extranjero” de nuestros males para mayor
justificación de la necesidad de estatizar. Comenzó el experimento fallido de
la CVP y todo lo que se hizo alrededor de ella. Llegó la estatización que los “Ayatolas”
prometían como fórmula necesaria para el crecimiento del país y para su
desarrollo, pero también surgió la dicotomía entre usar los recursos del
petróleo para el desarrollo de la actividad petrolera o para llenar el permanentemente
insuficiente tesoro público: el ansiado “desiderátum” de los políticos y sus
aliados protegidos por ese estado. Lejos quedaba, verdaderamente, el ejercicio
del poder en función del Desarrollo Humano.
El resultado del ejercicio petrolero en manos de los
políticos ha sido uno de vaivenes sobre un sube y baja en cuanto a la filosofía
sobre el petróleo (Leoni llegó a decir que no era necesario estatizar la
actividad petrolera), pero se mantuvo la tesis inculcada con “taladro” de que
era necesario estatizar el petróleo: pasarlo al manejo directo de la operación por
parte del estado. Y así se hizo, con el apoyo de las clases dirigentes pero con
múltiples observaciones y cuestionamientos por parte de los que manejaban la
actividad misma - los verdaderos petroleros.
Hoy, cien años después, haciendo un análisis de lo
logrado desde la estatización de la industria petrolera, con los agregados del
socialismo llamado del siglo XXI, encontramos que, a pesar de todas nuestras “buenas”
intenciones y con todas las argumentaciones para respaldar las acciones tomadas
con respecto al petróleo, se concluye, para desgracia nuestra, que el curso de acción tomado por nuestros
dirigentes ya no puede ser defendido. No hay sino que ver la tragedia que
sufrimos y que ha logrado promover el éxodo de gente en busca de mejores
oportunidades, cuando nunca antes esa fuera una fórmula venezolana. Hace falta,
ya, un “Mea Culpa” por parte de los factores políticos y de los que han actuado
en función política o como políticos, indicativo de nuestra equivocación, con el
juramento claro e irreversible de que iniciaremos un nuevo camino de la
eliminación del capitalismo de estado en lo petrolero (y en todos los otros casos)
y que el estado se dedicará a lograr el Desarrollo Humano como función
primordial para así convertir a nuestra Venezuela, a largo plazo, en un país de
progreso y de futuro que asegure el desarrollo de la libertad y,
consecuentemente, de la democracia. Es
la única manera. De otra forma seguiremos dando los mismos tumbos que hemos
dado y seguimos dando y cuyas consecuencias hemos sufrido durante todo el tiempo que podamos
recordar. ¿Qué partido, grupo o persona pronunciará el “Mea Culpa”? ¿Quién tirará
la primera piedra?
Caracas, Septiembre de 2015.
odoardolp.blogspot.com
@oleopon
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