¿Qué hacer con el
petróleo?
Por: Odoardo León-Ponte.
El petróleo que siempre fue la fuente casi inagotable de
ingresos para uso de los políticos de turno en función de sus objeticos
personales o partidistas, acordes con su visión sobre el país o con sus deseos
de permanencia en el poder, ya no permite en su manejo las licencias conocidas.
Ahora es la única fuente inmensamente disminuida de divisas para cubrir todas
las necesidades de un país venido muy a menos en todo sentido. Consecuentemente,
se hace indispensable formular nuevos enfoques sobre ese recurso con el objeto
de permitir el desarrollo de su explotación. (Y de todas las otras áreas). Debemos
recordar que el gobierno no tiene ingresos suficientes para cubrir sus
requerimientos financieros de operación o de inversión y el sector privado está
aplastado en su capacidad para generar riqueza y divisas. Veamos cuál es la
realidad de la explotación del petróleo.
La explotación del petróleo y el manejo de sus
actividades de exploración, producción, transporte, refinación y
comercialización, están en manos de una empresa propiedad de ese estado
quebrado y de empresas mixtas en las cuales el gobierno es el accionista supuestamente
mayoritario. La empresa del estado ha disminuido su producción de unos tres
millones de barriles en 1999 a un millón de barriles diarios hoy en día y las
empresas mixtas producen un millón doscientos cincuenta mil barriles diarios
para un total de unos dos millones doscientos cincuenta mil barriles diarios. El
gobierno no tiene un programa ordenado de exploración y la existente
está plagada de malos manejos que han permitido la caída de la producción que
incorpora el gas asociado. (Para la producción de gas libre el problema es
otro). La refinación totalmente en manos de
Pdvsa, es un centro de incompetencia en su manejo en donde, por falta de
mantenimiento y conocimientos, la operación de las plantas está disminuida a
menos de un 50%. El mercado interno, también en manos de Pdvsa, es un desastre.
(Con los precios actuales para la gasolina de 95 octanos no llegamos ni a un
céntimo de $ por litro cuando el costo de producción y de venta de un barril debe
estar rondando los 20$ por barril y la gasolina o los componentes importados
más aún.) El aumento de la producción en las empresas mixtas de la Faja
(nuestra principal fuente de nueva producción) está limitado por la falta de
capacidad financiera y gerencial de Pdvsa para manejar la actividad e invertir su
cuota parte en su desarrollo que requiere enormes inversiones para producir un
petróleo de alto costo y muy mala calidad que hay que mejorar. La
comercialización está sitiada por la inmensa disponibilidad en el mundo de gas
y crudos de muy buena calidad, de modo que nuestros principales mercados, incluyendo
el de los Estados Unidos, van desapareciendo y nos vamos quedando “para vestir santos” cuando nuestras
necesidades son más apremiantes que nunca. (No hablemos de las nuevas
tendencias relativas a la energía limpia y de las más recientes tendencias
en Arabia Saudita en cuanto a políticas
para generar riqueza.) En cuanto a los recursos humanos, al decapitar a Pdvsa y
convertirla en un estado paralelo, se firmó su sentencia de muerte y se inició
el proceso de convertirla en irrecuperable.
Podemos estar o no conformes con el panorama antes
enunciado, pero es la realidad a la que nos enfrentamos. Las circunstancias de
nuestro petróleo y del petróleo en el mundo han cambiado y los que han tomado
nuevos rumbos o están en proceso de hacerlo nos han sacado una ventaja difícil de recuperar. ¿Podremos reponernos ante las nuevas
realidades? Y pensar que en algún momento cuando los países árabes se
incorporaban, éramos los mayores exportadores del mundo. Como dicen en el
norte: “food for thought” (asunto para pensar). ¿Y cómo queda la gente?
Caracas, Abril de 2016.
odoardolp.blogspot.com
@oleopon