Petróleo y más.
Por: Odoardo León-Ponte.
Los esfuerzos fallidos de aumentar la producción a los
niveles de 1960 bajo Pdvsa Siglo XX, la falta de fondos del gobierno y la
insuficiente disponibilidad de personal, unidas a los vaivenes y la baja en los
precios en el mercado, nos llevaron a la
correcta decisión de la apertura como fórmula para atraer fondos para la
expansión de la producción petrolera. En el Siglo XXI, la acción irresponsable
y equivocada de esta gente nos ha llevado al caos que hoy enfrentamos (ver mi
artículo ¿Qué hacer con el petróleo? odoardolp.blogspot.com) y han profundizado
la dependencia del petróleo hasta convertirlo en la única fuente mermada de las
divisas indispensables pero insuficientes para las necesidades del país.
Agreguemos a esto que comienza a cerrarse la ventana del petróleo y con ello
las posibilidades a futuro de nuestro acontecer como país y como comunidad.
¿Cuál es nuestra realidad y cuáles las acciones necesarias?
Las realidades: 1. Crudos mayoritariamente de baja
calidad, alta inversión y alto costo de producción. 2. Instalaciones petroleras
de Pdvsa en pésimas condiciones operativas y a nivel deficitario aún a niveles
óptimos de manejo de lo existente, especialmente en el caso de las refinerías.
3. Pdvsa en circunstancias lamentables que la hacen irrecuperable. 4. “Candado
petrolero” para la incorporación de inversión privada en petróleo. 5.
Dificultades en cuanto a las decisiones necesarias con el gas libre. 6. El
petróleo es la única fuente declinante existente de ingreso de divisas. 7. La
economía distinta al petróleo es cada día menor y con tendencias a la
desaparición. 8. Gobierno quebrado sin divisas ni para lo indispensable y mucho
menos para invertir en petróleo. 9. Mercado interno de productos del petróleo
plagado de problemas y a precios irrisorios. 10. Producción de crudo y
productos en declinación. 11.
Importación a precios internacionales de crudo y productos para producir
petróleo y para comercializar gasolina. 11. Caída de los precios del petróleo a
niveles iguales o menores que los costos de producción. 12. Subsidio a países
en preferencia a las necesidades elementales de la población. 13. Dependencia
total en las importaciones para nuestra subsistencia. 14. Producción crudo y
productos declinante y a niveles inconvenientes. 15. Mercado en proceso de
reducción por las circunstancias de exceso de producción vs demanda. 16.
Capacidad crediticia del gobierno agotada. 17. Y para rematar, clima
insatisfactorio y una seguridad inexistente para la inversión privada nacional
o extranjera. (Y no hemos tomado en
cuenta las circunstancias relacionadas con el desorden de toda índole existente
en el país.) Menudo kilo de estopa. El reto: ¿Cómo convertir este enredo en un
país viable?
Parecería que se necesita mucho más de un cambio de
presidente para resolver la situación y enrumbarnos en un proceso de cambio
radical que enmarque al país en el camino del progreso. Preguntémonos en cada uno de los caso de los arriba planteados si el problema
quedaría resuelto con ese cambio o si se necesita mucho más de ese cambio para
enderezar al país y dirigirlo hacia el logro del progreso la libertad y la
democracia. Lo que está en juego es más que la simple solución a través de
paños calientes al problema inmediato de hoy. Lo que está en juego es la
apertura a futuro, en su sentido más amplio, para que nuestra tierra pueda ser un país viable y productor de progreso,
ya que no bastará con la renta del petróleo y por tanto tendremos que generar
riqueza a través de mecanismos distintos a los que hemos conocido como país rentista.
Caracas, Abril de 2016.
odoardolp.blogspot.com
@oleopon
No hay comentarios:
Publicar un comentario