Diversificación.
Por: Odoardo León-Ponte.
Nuestra situación actual
debería retrotraernos a lo que se supone que debimos haber hecho con el
producto de la explotación del petróleo: diversificación de nuestra economía
para reducir la dependencia del petróleo y ampliar la base de sustentación de
nuestra existencia: nunca logrado. Ha pasado todo lo contrario y, más bien, se
ha ampliado la dependencia con el agravante de que ya los pantalones nos quedan
muy cortos y los “reales” derivados del petróleo no nos alcanzan ni para lo
indispensable. No se sabe si nuestros políticos tienen en mente un cambio de
enfoque que nos permita trazar un rumbo completamente nuevo. Por los momentos,
aparentemente, se trata solo de cambiar al gobernante y adecuar la legislación
para ir deshaciendo las barbaridades que ha hecho el grupo que nos ha gobernado
durante este siglo y tomar algunas medidas populistas que no resuelven nada. El
plan de acción parece dirigido a retrotraernos al Siglo XX en vez de adecuarnos
Siglo XXI del cual ya hemos perdido todo su trayecto, no solo por no haber
progresado sino por habernos retrasado significativamente, incluso desde fines
del Siglo XX. Lo importante es destacar que se nos presenta la oportunidad,
porque no tenemos ninguna alternativa viable, a menos que queramos seguir
penando por comida, medicinas y seguridad personal, de cambiar totalmente
nuestra manera de pensar y actuar para enrumbarnos, por primera vez, en un
viaje de progreso constante con medidas liberales, que puedan resolver las
calamidades que tenemos y permitirle a la gente la paulatina satisfacción de
sus necesidades. Pero para eso se necesita que alguien esté pensando, creativamente,
en las nuevas estrategias basadas en nuestras fortalezas potenciales que
debemos desarrollar para lograr ese cambio y diversificar, de verdad y no en
teoría, nuestra base de sustentación económica y social. Debemos recordar que
las promesas del Siglo XX no se cumplieron y que, con las mismas ideas de esa
época, tampoco se cumplirán en el siglo XXI, una vez que salgamos de esta gente.
¿Qué es lo que no debemos
mantener ni repetir, entre otros?
Primero: el
presidencialismos a ultranza y mucho menos en términos de alabanza; segundo, la estatización de los
factores de la producción, distribución y servicio; tercero, la centralización; cuarto,
la selección de los ejecutivos, magistrados, poder moral y titulares de otros
cargos públicos en base a afinidad política o en base a calificaciones
distintas a las personales y meritocráticas; quinto, la interferencia del estado en las reglas de la economía; sexto, la sustitución de las
responsabilidades de las personas e instituciones privadas por la interferencia
de las instituciones o empresas del estado; séptimo, el uso de la mentira piadosa auspiciadora de la esperanza para
prometer lo incumplible; octavo, el
mantenimiento de la gente al margen de las decisiones con la promesa de
siempre; noveno, la incorporación de
militares en cargos públicos y actividades políticas; décimo, el marginamiento de las ONG’s; décimo primero, el irrespeto a los derechos individuales y
colectivos; décimo segundo, el irrespeto
al prójimo como regla de vida; décimo
tercero, la desorientación, ex profeso, de la población; décimo cuarto, la permisividad dentro
de la aplicación de las leyes y reglamentos; décimo quinto, el uso del erario público como si fuera personal y
privado; décimo sexto, el
incumplimiento de las normas de convivencia por parte de las empresas y
oficinas del estado y décimo séptimo:
hacerse de la vista gorda sobre la corrupción pasada y presente.
Habrá otro sin número de
acciones, pero la muestra nos indica que hay mucho paño que cortar y mucho que
cambiar y crear, empezando por una sana mentalidad del ciudadano en seguimiento
al ejemplo de un comportamiento correcto por parte de los políticos, los funcionarios
públicos y los representantes del sector privado: el fin del “enchufamiento”
del siglo pasado y del adefesio de este siglo, como modo de trabajo.
Caracas, Febrero de 2017.
odoardolp.blogspot.com
@oleopon
No hay comentarios:
Publicar un comentario