El petróleo: la herencia.
Por: Odoardo León-Ponte.
Cuando estatizaron la actividad petrolera, una de las primeras
tareas que hubo que acometer fue la relativa a la reestructuración de la
actividad ya que la gama de empresas que heredó el gobierno de turno variaba
según de cual empresa se tratara. La actividad general cubría exploración
(manejada con exclusividad por CVP en respuesta a la política de no más
concesiones), producción, transporte, refinación, comercialización
internacional de crudo y productos y la atención al mercado interno, aparte de
la formación de recursos humanos, la investigación, la contratación de obras y
la adquisición de materiales y equipos. De ellas, la investigación, la
formación de recursos humanos y la comercialización de crudos y productos no
estaban totalmente en manos de todas las empresas existentes en el país. Para
ello y en forma un tanto apresurada en razón de la decisión política de
estatizar, se tomaron decisiones casi instantáneas para resolver sorpresas y apoyar
a la industria estatizada en sus deficiencias para no interrumpir el ritmo y
flujo normales de la actividad, para lo cual se firmaron los contratos de
asistencia técnica que cubrían principalmente lo relativo a comercialización,
compras y tecnología: se compró tiempo para aprender y actualizarnos. Los
herederos de los conocimientos de algunas de las empresas antecesoras tenían
calificaciones en la materia pero la mayoría no y Pdvsa menos: ocupaba un piso
en las oficinas de la Creole en Los Chaguaramos. Enorme tarea que había por
delante y que fue resuelta por los petroleros.
Comenzó la adaptación a la nueva realidad del
conglomerado de empresas traspasado a Pdvsa como producto de la estatización gigantes
y enanos que en sus distintas dimensiones tenían los conocimientos necesarios
para atender a lo que tenían bajo su responsabilidad. Las más grandes, Lagoven
(ex Creole) y Maraven (ex Shell) tenían una estructura amplia que manejaba casi
todos los renglones permitidos por el gobierno de turno por ser las empresas
más grandes en el mundo de sus respectivos grupos, Exxon y Shell. Las otras
solo manejaban producción y transporte de crudo, refinación y poco o nada de lo
relativo a comercialización, compras (excepto las nacionales) y contratación de obras mayores e investigación
La actividad se fue racionalizando para reducir el número
de empresas y hacer más eficiente el manejo de la actividad: comenzó la
desaparición de las mini empresas en primera instancia y luego la fusión de las
más grandes hasta llegar a tres: Lagoven, Maraven y Corpoven. Más adelante se
eliminarían las filiales Lagoven y Maraven, se dejaría a Corpoven para otro rol
y Pdvsa Siglo XX, equivocadamente, asumiría directamente todas las funciones de
la actividad petrolera. Estaba servida la mesa para lo que siempre se anticipó y
que en el Siglo XXI se convertiría en realidad: la politización absoluta de la
actividad en función de la permanencia en el poder.
Pdvsa Siglo XXI se convirtió en el instrumento de la
política petrolera en función de la influencia regional y para la estructura de
gobierno paralela a la existente, con el objeto de, aparentemente, hacer lo que
no hacía la estructura existente, pero que en el fondo tenía como fin ulterior el
manejo de los fondos provenientes del petróleo, en una inmensidad hasta ese
entonces desconocida, con la más absoluta discrecionalidad y dentro de esquemas
fuera de todo control, sin que hubiera interferencia alguna en su asignación
para todas las causas posibles para servir a las necesidades de la parcialidad
política de turno. Eso, mientras alcanzaron los reales malversados. Y ahora
paga la gente con la escasez, la inseguridad, la falta de todo y principalmente
de los elementos de la calidad de vida. Botamos la herencia de un esfuerzo de
toda la vida.
Octubre de 2014.
odoardolp@gmail.com
odoardolp.blogspot.com @oleopon
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