miércoles, 4 de noviembre de 2015

El petróleo y el candado petrolero.
Por: Odoardo León-Ponte.
El marco de la actividad petrolera la inhabilita y la imposibilita en su desarrollo: la actividad solo puede ser ejercida por empresas 51% propiedad del estado y de las inversiones correspondientes. Pero es también lo financiero, lo técnico y lo profesional, después de diez y seis años de desaciertos. Veamos “cuál” es la realidad para intentar visualizar “cómo” resolver la situación, más allá de la tesís de “aumentar la producción” que oímos en las redes políticas como una solución al “qué” y no al “cómo”.

El país no está en capacidad de extraer los recursos que tiene en el subsuelo  como operador directo de lo existente, ni para la incorporación de futura producción, ni para manejarla como una actividad comercial y no política. Tampoco está en capacidad de aportar dinero para las empresas mixtas de las cuales es accionista mayoritario. Cambia así radicalmente el enfoque sobre quiénes deben ser los actores  a participar en el proyecto, anotando que no es lo mismo que participe el estado a que participe Pdvsa, ya que tienen roles diferentes. Del rol político deben ocuparse los políticos y del rol técnico deben ocuparse los técnicos petroleros. Hablemos del “candado petrolero”.

51% de la propiedad. Un país arruinado no puede ser accionista de nada y mucho memos mayoritario. Ese es el ¿“qué”?. ¿”Cómo”?  Eliminar la restricción debida al % de la propiedad y dejar que quienes tengan los reales, la capacidad tecnológica y los recursos humanos necesarios (ya que nosotros solo tenemos necesidades) vengan a usarlos para producir la riqueza que genere una mayor base impositiva para generar fondos para que el estado los invierta en el Desarrollo Humano de la gente.

Pdvsa. Esa empresa que en el Siglo XX fuera orgullo nacional (por los resultados de su actuación no lo fue en su momento la CVP ni lo es ahora la “Pdvsa es de todos”) y que en este siglo no ha podido manejar acertadamente las responsabilidades  petroleras ni las “pedevalísticas”, debe buscar un nuevo rumbo que la reduzca a la mínima expresión, en beneficio del país. Ese es el ¿“qué”?. ¿”Cómo”? Determinar cuál es su verdadera capacidad financiera y la de sus recursos humanos (si es que las tiene) para operar las instalaciones. Con la urgencia por la emergencia reinante en la empresa y en el país, sacar fuera de Pdvsa toda actividad que no sea petrolera, establecer la capacidad financiera (que ya sabemos que no tiene) para “poner al día” sus instalaciones abandonadas y para mantener el ritmo de producción. Si no es posible financiera ni técnicamente, que es lo más seguro, licitar la operación de las refinerías y las áreas operativas (incluyendo el personal) entre las empresas privadas que son las que posean la tecnología, el capital y los recursos humanos requeridos. Licitar la explotación de nuevas áreas entre empresas privadas calificadas (para prevenir los problemas políticos relativos a las relaciones entre estados). En el mercado interno, abrir el campo, incluyendo la operación de las redes de plantas de distribución a la empresa privada para atraer la competitividad en cuanto al servicio y los productos y para usar el dinero fresco que no tenemos. Muy importante: aumentar el precio de la gasolina reduciendo así, en lo posible, el problema del contrabando de extracción y la falta de rentabilidad necesaria para la industria, el país y la operación misma. Querámoslo o no, la  palabra clave del ¿”cómo”? es privatización: la única forma de reponer la actividad a sus niveles de excelencia del Siglo XX, dado que el estado no tiene ni tendrá el capital ni los recursos humanos ni la actitud necesarios para hacer lo requerido. Así se proveería a través de la regalía, los impuestos y el precio de venta en el mercado interno, el piso financiero para el desarrollo del país y de la gente.  Cualquier otro modo  será frustrante e improductivo. Enfrentemos la realidad.

Caracas, Octubre de 2015. odoardolp@gmail.com odoardolp.blogspot.com @oleopon

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