El “seguro” médico
de Pdvsa.
Por: Odoardo León-Ponte.
Quien ofrezca un seguro médico debe asegurarse de que sus
condiciones sean suficientemente atractivas para sus asegurados y para los
suplidores de servicios. De otra manera el seguro estaría destinado
inevitablemente al fracaso. Analicemos el “seguro” de Pdvsa: SICOPROSA, el auto
seguro de esa empresa a un costo para el trabajador y el jubilado. Partamos de
que en otras épocas, tanto la empresa como los asegurados, estaban orgullosos
de él y los suplidores de servicio lo aceptaban en la seguridad de que
representaba a un pagador confiable. Ahora conforma una oportunidad de pena
para los asegurados y debería, en todo caso, significar pena, también, para el
asegurador, ya que los suplidores de servicios preferirían no tener nada que
ver con él.
En la tradición de Pdvsa Siglo XX, el seguro médico era
uno de los principales atractivos para acogerse a la jubilación y era parte
importante de las condiciones de empleo para atraer a sus trabajadores a hacer
carrera en la industria. Era motivo de orgullo para un jubilado (y para un
trabajador de la empresa también) acudir a las mejores clínica privada en donde
encontraba personal de Pdvsa dedicado a atenderlo expresamente y las clínicas
notaban en los representantes de la empresa y en el jubilado, un cierto orgullo.
El suplidor de servicios admiraba la manera en que el seguro atendía a las
necesidades y cubría los gastos de sus asegurados, sin que Pdvsa Siglo XX dejara
de negociar y reclamar el mejor servicio al mejor precio posible. Tiempos
pasados.
Desde el advenimiento de Pdvsa Siglo XXI, otro gallo
canta. Las razones para el desmejoramiento de sus condiciones y de su aceptación
por los prestadores de servicios, son la consecuencia de una empresa incapaz, insolvente
e inconsciente de las realidades del país, de las necesidades de sus asegurados
(trabajadores y ex trabajadores jubilados) y de las realidades de los
prestadores de servicios, aún teniendo en cuenta que los seguros siempre tiendan
a reducir los montos de la cobertura negociando mejores precios con los
suplidores (médicos y clínicas), más no así el costo de la cobertura. La
realidad que confronta el jubilado hoy en día conlleva bajar la cabeza con pena,
cuando se acerca a un médico o suplidor de servicios y tiene que dar el nombre
del seguro: inmediatamente le responden que pague primero y luego recobre de su
seguro o que no aceptan las cartas de SICOPROSA que avalen el servicio. Financia
el jubilado. Y hoy en día la cobertura anual de SICOPROSA en bolívares es
ridículamente baja. Es como recibir un coscorrón después de viejo. (Ni
mencionar que la pensión mínima que en su mayoría reciben los jubilados es
ahora menor que la ayuda de alimentación, aparte de que el ahora “notorio” “fondo
de jubilación”, que debe mantener las pensiones a un nivel cónsono con la
realidad relativa al momento de la jubilación (los otros jubilados del sector público
mantienen su nivel de ingreso a través de la homologación.) lleva
paulatinamente a todos los jubilados hacia esa pensión mínima. Y en este caso
se trata de Pdvsa Siglo XXI, proveedora de TODOS los fondos de los que ahora
dispone el país. ¿Cuál es la verdadera realidad? Los médicos y los suplidores
de servicio prefieren no tener nada que ver con SICOPROSA y todos ya han tomado
acción. Hay inmensas deudas del asegurador con las clínicas y con los médicos.
El jubilado petrolero trata de no decir cuál es su seguro (una mala palabra)
pero por sus circunstancias económicas muchas veces no tiene otro recurso que
acudir a las pocas clínicas en donde aún aceptan su “seguro”, porque de otra
forma tiene que cubrir los gastos y esperar a ver cuánto es lo que le va a
reconocer SICOPROSA, mientras su pensión se sigue evaporando. ¡Triste pero
cierto! ¡Y aun cuando desde el Siglo XXI Pdvsa es de todos!
Caracas, Febrero de 2016.
odoardolp@gmail.com odoardolp.bllogspot.com @oleopon