miércoles, 3 de febrero de 2016

Izquierda/derecha: ubicación política y realidad.
Por: Odoardo León-Ponte.
Hasta ahora y en la búsqueda de un mensaje que se refiera a los votantes y sus necesidades, los partidos políticos se han ubicado en distintas posiciones entre izquierda, centro y derecha o combinaciones de ellas, buscando una manera de decirle al electorado que se preocupan por los más pobres, en el entendido de que preocuparse por los más pobres debe ser signo de desarrollo de la economía y del futuro de los más necesitados y del país. Nada más apartado de la realidad y para muestra un botón: el socialismo del siglo XXI que nos ha traído a la mayor pobreza de nuestra historia bajo la careta de ser un partido de izquierda para y por los pobres, a imagen y semejanza de la pobre Cuba. Hay que cambiar radicalmente el enfoque político. Veamos de qué se trata.

Cuando se habla de los problemas  sociales se aplican los parámetros de las distintas organizaciones internacionales en materia de su especialidad: tantas por cada 100.000 habitantes para carreteras, hospitales, escuelas, universidades, etc. Siempre se habla en términos genéricos aplicables al país pero nunca se habla en términos de las necesidades  y prioridades de la gente detectadas por y para con ellos en los distintos ámbitos de nuestra geografía. Se generaliza en vez de tratar de ser específicos; se habla del qué y no del cómo y del dónde, como si las necesidades de todos los pobladores fueran las mismas a lo largo y ancho del país; como si los problemas, necesidades y potencialidades de Nueva Esparta fueran las mismas que las del Tachira. Y se sigue siendo populista en las ofertas. Recientemente, por ejemplo, se habla de cesta tickets y asignación para medicinas para los jubilados para mejorar los montos ilógicos de las pensiones que recibe ese sector de la población, sin tomar en cuenta que las realidades harán que esa acción sea como arar en el mar, aparte de que cualquier monto será insuficiente si no existen los productos ni las medicinas. Se está tratando insuficientemente de atacar las consecuencias en vez de las causas. La inflación galopante y la falta de medicinas y productos harán que la acción sea inocua. ¿Diez mil bolívares para ayudar a cubrir la cesta básica que ya va por nueve salarios básicos? ¿Y un monto similar para cubrir el costo de las medicinas que no existen? Y esa ha sido una de las más claras promesas electorales (¿populistas?) de la nueva asamblea. ¿Cuál es el cambio de enfoque que nos trae nuevas esperanzas de progreso, si con lo que estamos viendo siguen los mismos enfoques de épocas pasadas que a la larga no trajeron un progreso sostenido ni una mejoría real y continua en el mejoramiento de la calidad de vida ni en el Desarrollo Humano de la gente? ¿Será que se trata de un paliativo mientras se atacan y resuelven las causas? ¿O no se nos ocurre nada mejor?

Definitivamente, es necesario desarrollar un mecanismo que permita medir las necesidades de la gente en función del Desarrollo Humano logrando así la especificidad  requerida para que, constatando las necesidades de la gente (ver mi artículo “Una estrategia para el Desarrollo Humano”, del 06/03/2012 en El Universal) se pueda conformar un plan de acción que partiendo de lo regional en su más pequeña estructura (parroquia, alcaldía) y subiendo a través de los estados y las regiones pueda servir para estructurar y desarrollar un programa nacional de acciones para que efectivamente podamos iniciar y desarrollar un Proyecto Nacional de Desarrollo Humano. Si no cambiamos, seguiremos haciendo lo mismo: definiendo las acciones bajo los criterios de izquierda, centro y derecha y no usando como base de las necesidades verdaderas de la gente.
Caracas, febrero de 2016.
odoardolp.blogspot.com
@oleopon



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