Nuestras necesidades y nuestro estilo.
Por: Odoardo León-Ponte.
¿Cómo diseñar un plan
político que atienda a nuestras realidades y permita el Desarrollo Humano de
nuestra gente que resulte en Libertad y Democracia? Cansados debemos estar de
disparar sin dar en el blanco, sin atinar. Hemos trajinado todas las versiones
y grados de la izquierda desde la extrema hasta la que se acerca a la derecha,
sin que podamos mostrar resultados verdaderamente exitosos y continuos, siguiendo
fórmulas determinadas por pensadores extraños teóricos y bárbaros arriesgados
ajenos a nuestras realidades. Hemos usado las tesis ajenas de otras latitudes
para justificar nuestras acciones políticas, logrando resultados alentadores
solo cuando un enfoque balanceado reñido con altos grados de corrupción fuera
aplicado. Con el uso del petróleo con fines políticos hemos perdido las
oportunidades de lograr verdadero progreso en beneficio de nuestra gente. Todo
esto es producto de no haber determinado un plan de acción propio basado en las
necesidades reales de nuestra gente determinadas por, para y con ellos; solo
hemos acertado cuando el blanco ha sido tan grande y cercano que era imposible
fallar y por eso acertamos. Como cuando nos dimos cuenta de que nuestra
población era analfabeta y necesitaba educación, o estaba sometida a
enfermedades controlables; cuando nos dimos cuenta de que había que darle el
voto a todos, hombres y mujeres. En fin cuando todo era tan obvio que no podía
hacerse otra cosa. Pero cuando llegamos a la “chiquita” comenzaron los dislates
y cuando el petróleo se convirtió en una fuente inmensa de riqueza potencial nos
movimos a “ponerle la mano” para hacerlos venezolano y “controlarlo” en
beneficio de nuestra gente. Caímos en la trampa y ahora no sabemos cómo salir
ni cuándo saldremos.
Definitivamente
necesitamos el “mea culpa”, expreso o tácito, pero obvio, del que antes hemos
hablado y entender con el convencimiento necesario que debemos establecer una
base de datos nacionales que nos permitan elaborar un plan de desarrollo basado
en las necesidades de nuestra gente, por, para y con ellos, para así poder atenderlos
para lograr el progreso en términos de Desarrollo Humano y lograr así la
libertad y la democracia que tanto ansiamos. Mientras sigamos con el mismo
enfoque de siempre, endilgándole al prójimo las fallas que hasta ahora han sido
nuestras, no saldremos del marasmo en el cual estamos encerrados. Se trataría
de poder decir con orgullo que lo que estemos haciendo responda a las
necesidades de nuestra gente y no a tesis importadas no aplicables a nuestra
realidad. Mientras sigamos pensando en términos de capitalismo en sus distintas
versiones, en tesis de democracia social o cristiana, de comunismo, de marxismo
y mientras sea el otro el culpable; mientras no determinemos las
verdaderas necesidades de nuestra gente en una forma ordenada y actuemos
en base a ellas, seguiremos dando los tumbos con piquete y rebote de los que
hemos sufrido en el tiempo del que nos acordemos personalmente. Y en los
tiempos modernos que vivimos no hay justificación posible, con las tecnologías
disponibles, para justificar el hecho de no tener y poder usar esa información.
Solo hace falta que despertemos a esa realidad, apoyándonos en la situación a
la que tan tristemente hemos llegado.
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