Petróleo y ascenso
social.
Por: Odoardo León-Ponte.
Al igual que en “Le Rouge et le Noir” que planteaba en
esa época la posibilidad del ascenso social a través de la Iglesia y las armas,
en nuestro país también han existido diversas maneras de ascender que, con la
excepción de la herencia de riqueza, han sido a través de la educación formal
unida al trabajo y al esfuerzo, la participación en los partidos políticos, la
asociación con el estado petrolero todopoderoso en la ejecución de obras y
contratos, la obtención de créditos subsidiados provenientes de estado, la
obtención de ventajas asociadas al poder del estado con carácter de lo que hoy
en día se ha dado en llamar “enchufado” o la combinación de esas alternativas
siempre que fueren posibles, dependientes directamente de la suerte del
petróleo, incluyendo todas ellas un ingrediente importante, subyacente y
creciente de corrupción, desde mucho antes de que apareciera el petróleo.
Ciertamente que la suerte del país ha dependido del
petróleo desde hace cien años, habiendo jugado con él los distintos gobiernos,
más para beneficio de sus causas políticas que las de la gente y sus
necesidades. El petróleo ha sido utilizado con fines políticos en preferencia a
otras acciones que hubieran beneficiado a la gente y al crecimiento del país,
convirtiéndolo en última instancia en un corrupto juego de financiamiento de
causas personales y políticas a expensas de quienes no estuvieren comprometidos
con la ideología reinante, desmembrando la estructura existente y perfectible
del estado y los conceptos de ética, moral y comportamiento ciudadano dentro de
la sociedad, incorporando una permisividad que hace inviable cualquier concepto
de mesura en el comportamiento ciudadano y en la acción de las autoridades y
conduciendo cada día más a una anarquía que hace igualmente inviable la acción
de las autoridades legal y legítimamente constituidas. (Se siguen renovando los
rayados de los pasos peatonales para que nadie los honre).
Las circunstancias en su totalidad hacen que hoy en día los
únicos que pueden tener ascenso social en el país en términos de ingresos, sin
que ello vaya aunado a una mejoría en la calidad de vida que cada día es peor,
son quienes estén logrando mayores ingresos solo posibles para aquellos afinados
con el gobierno. Así, quienes han acumulado algún patrimonio o quienes no
tienen o rechazan el acceso a la corriente productiva de “enchufado”, buscan
una salida tratando de ubicarse en otras latitudes buscando el oxigeno de
futuro, usando para ello sus calificaciones educativas o su disposición a
correr el riesgo de irse en busca de una vida que, aunque llena de vicisitudes,
pueda conllevar algún futuro promisor basado las calificaciones personales y en
el esfuerzo.
Aquí, el petróleo ya no da más para lo que ha sido
utilizado políticamente y las circunstancias de vida de los habitantes del país
prometen a ciencia cierta un futuro empedrado en cuanto al mejoramiento de la
calidad de vida. Las circunstancias de no conseguir empleo, de no disponer de opciones
en cuanto a modos de vida, la escasez de servicios en materia médica, la
inseguridad personal reinante y la escasez en los rubros más elementales
necesarios para una vida aunque sea aturdida, hacen que nuestro país
inmensamente dotado de recursos petroleros con un gobierno como el que ha
tenido en este siglo de tristeza, haya obligado a todos los que han podido o
han querido afrontar el riesgo, a buscar su ascenso social y la calidad de vida,
el futuro, en otra parte. El petróleo, manejado por los políticos para fines
electoreros ya no puede seguir siendo instrumento para engañar a quienes tienen
la capacidad de pensar. Es triste e inseguro el futuro de quienes no se puedan
ir.
Septiembre de 2014.
odoardolp@gmail.com
odoardolp.blogspot.com @oleopon
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