viernes, 22 de julio de 2016

La transición hacia la estatización del petróleo.
Por: Odoardo León-Ponte.
Desde el derrocamiento de Medina y a excepción de la etapa de Pérez Jiménez, la actitud de los gobiernos de turno fue, permanentemente, una de reto a las multinacionales, a los Estados Unidos como causante de las desdichas del petróleo venezolano y por ende del país y de la búsqueda de una imposible independencia unilateral de acción en cuanto a la suerte de nuestro petróleo. También fue una época de búsqueda de poder para la unilateral orientación de las acciones en materia de petróleo, pensando en la OPEP como cartel de apoyo para combatir los precios bajos y apuntalar la capacidad de acción unilateral frente a los Estados Unidos con sus problemas energéticos. Todo ello dentro de una situación de permanente escasez de fondos de los gobiernos de turno debida a la insuficiencia de los recursos generados por el petróleo, única fuente de ingresos, para generar todos los fondos eternamente insuficientes requeridos para las necesidades  económicas y políticas de los gobiernos de turno. Durante todo ese período se escogió la ruta de “no más concesiones” (apoyada por el CIV, por Diputados y por el Frente Nacional Pro Defensa del Petróleo), de la estatización, inicialmente a través de la inviable gestión de la CVP, a la que se le entregaron gratuitamente todos los crecimientos potenciales de la actividad petrolera y petroquímica en el país con permanente poco o ningún éxito. Posteriormente se intentaron los contratos de servicios que terminaron en fracaso y luego se echó en saco roto todo el período pro CVP y se creó Pdvsa en 1976. Desde el año 45, excluyendo el período de Pérez Jiménez, se negó el crecimiento a futuro de la industria petrolera al determinar que no habría más concesiones.

¿Cuáles fueron los resultados de ese periplo “nacionalista”? Se pospuso toda la inversión posible en materia petrolera para expandir la producción durante un período de 21 años. Tan solo se invirtió en las refinerías producto de la Ley de Hidrocarburos (Amuay, Cardón, Puerto La Cruz, etc.)  y en las plantas desulfuradoras de Amuay y Cardón y se permitió el aumento de la producción con la máxima explotación posible de los yacimientos de crudo existentes, pero sin la incorporación de potencial productivo adicional. Incluso; durante ese período se llegó a cerrar producción, se redujeron por primera vez las reservas probadas y las cuadrillas de geología de superficie y por primera vez se el volumen de producción acumulada llegó en un año a ser mayor que las reservas probadas.  Cierto que en ocasiones se habló como nuevas fórmulas, pero sin continuidad ni materialización, como eran los contratos de servicio y las empresas mixtas al lado de la CVP: pero en final de cuentas todo fue palabrería. Se llegó a negar la exploración y oferta de activación por parte de Shell y Creole de la Faja (Bituminosa) del Orinoco y en su lugar se la cedió a CVP; es decir se la incluyó en el saco permanentemente improductivo de la CVP, especie de reserva estratégica permanente para “conservar” las actividades que hubiera sido posible desarrollar a través de las operadoras existentes en el país, en un período largo durante el cual escasearon los fondos y fue necesario imponer los controles de cambio anteriores al del chavismo. Y, para hacer más difícil la situación, se aumentaron continuamente los impuestos a las petroleras hasta el punto de fijar valores fiscales de exportación (VFE) para fines impositivos, que excedían los valores reales de exportación. Se fueron acumulando todos los retrasos propios de la situación enunciada anteriormente en materia de exploración, producción, transporte, refinación, mercado interno, investigación y conocimientos técnicos y de mercadeo, lo que hizo necesario que Pdvsa, con fondos del estado, desarrollara la actualización de la situación de las instalaciones y comenzara a mirar hacia el futuro. Pero Pdvsa Siglo XX nunca se llegó al nivel de producción máximo anterior a la estatización y en un vuelvan caras después de un lapso largo y costoso se abrió de nuevo la actividad petrolera a la inversión extranjera, actividad que, en retrospecto y a fin de cuentas, nunca se debió cerrar. Juzgue usted ésta nuestra real y verdadera historia petrolera en el siglo pasado. Caracas, Agosto de 2016. odoardolp@gmail.com odoadolp.blogspot.com @oleopon


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