miércoles, 29 de junio de 2016

Un nuevo enfoque de país.
Por: Odoardo León-Ponte.
Para salir del hoyo en el que estamos y para lo cual no disponemos de la escalera convencional apropiada, debemos dejar de cavar y pensar creativamente, como cuando se resolvió el caso de los mineros atrapados en Chile. Tan sencillo como eso. Debemos desarrollar un enfoque mental orientado a venderle neveras a los esquimales”, término que se usa para definir un tipo de responsabilidad dentro de la estructura de cualquier organización exitosa. Tenemos que convertirnos en una empresa exitosa al estilo de Microsoft, Facebook, Apple.  Y ese, ciertamente, es nuestro reto; nuestro dilema. Tenemos los recursos: petróleo, riquezas naturales como oro, bauxita; recursos forestales, hídricos, eólicos, bellezas naturales, tierras, clima: en fin, todo lo necesario. Dios no nos negó nada. Solo nos falta que las nuevas generaciones apliquen los conceptos y procedimientos necesarios para lograr un país que nos provea a nosotros, su gente, del Desarrollo Humano al que tenemos derecho. Hasta ahora los líderes que hemos tenido no lo han logrado.

La falta de liberalidad que nuestros políticos han tenido en su ideología en cuanto al desarrollo del país, ha sido la causa de nuestra tragedia y la intención fallida de controlar todo para poder “dirigir” el crecimiento del país, unido al concepto sub desarrollado de que todo lo venezolano es necesariamente bueno, nos han aturdido en nuestra capacidad para lograr el desarrollo ansiado por todos. No hemos querido ser ciudadanos del mundo, sino “venezolanos” y, con el tiempo, hemos ido perdiendo la disposición a tener el orgullo de nuestra prosapia. Y esa realidad no va a cambiar mientras el objetivo de los gobernantes sea político y no de desarrollo. Lo político es lo que nos ha traído por el despeñadero de no lograr nunca el crecimiento sostenido: solo hemos logrado crecimiento cuando el precio del petróleo ha sido alto y no éramos propietarios de la explotación de distintas ramas de la economía. A más propiedad por parte del estado, más pobreza y más oportunidades de corrupción: una de las características más destacadas de nuestra sociedad, que no es muy distinta en los otros países de Latino América, en donde por todos lados se destapan las cajas malolientes de la podredumbre de la corrupción; no solo de sustracción de fondos y tráfico de influencias. Y para no caer en la tentación y pecar por nuestra debilidad, a falta de una mejor razón, debemos distanciarnos de ella para reducir sus efectos negativos sobre el desarrollo del país.

Para minimizar el efecto de la actividad política y su consecuente efecto sobre las tentaciones de la corrupción exacerbada en estos últimos tiempos, debemos optar por definir un nuevo enfoque: tomar las medidas necesarias para que la actividad industrial que genere riqueza esté en manos de la empresa privada y que solo sea del estado aquello que le corresponda: educación, seguridad humana incluyendo salud, potenciación, equidad, y la defensa del territorio. Para ello debemos desistir de aquellas ideas que no han traído la satisfacción de las necesidades de la gente, para lo cual hay que “dejar” que sea el capital privado, con el “apoyo” y el “control” y no la “interferencia” del estado, el que desarrolle la actividad industrial, comercial y de servicios con sus propios fondos, contribuyendo así a la generación de una riqueza sustentable y sostenida sobre bases viables (representada por impuestos), para generar, en conjunto, los fondos necesarios para que un estado austero pueda atender a sus responsabilidades antes enunciadas. Para ello no es necesario ser “dueño” de nada, sino de buenas intenciones, de la capacidad de legislar, de asegurar los derechos de las personas naturales y jurídicas a través del aseguramiento del balance de los poderes y de lograr, con la contribución del estado, el crecimiento y la sostenibilidad del crecimiento del país en su sentido más amplio, en un mundo cada vez más competitivo y más acelerado. Así podremos rescatar el orgullo de ser venezolanos.
Caracas, Junio de 2016.
odoardolp.blogspot.com

@oleopon   

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