viernes, 4 de diciembre de 2015

El petróleo y la realidad actual.
Por: Odoardo León-Ponte.
Los tiempos han cambiado. Ya no somos ni podremos llegar a ser el gran país petrolero que en alguna oportunidad fuimos o que pudiéramos haber sido si no hubiéramos tomado el derrotero que tomamos. Analicemos el panorama actual.

Pdvsa se ha descolgado de su sitial de excelencia de otras épocas, una vez tomada la decisión equivocada de estatizar la actividad y abierto el camino para convertirla en fuente de poder político en vez de en fuente de fondos para el desarrollo. Con el agregado de la estatización adicional en todos los renglones de la actividad industrial, o comercial, el caudal de fondos para el desarrollo del país se ha reducido a cero, ya que lo poco que queda se va a la actividad política para el mantenimiento del poder y el mantenimiento de una economía de hambre. Pero los fondos tampoco alcanzan para esa actividad ya que por dedicarlos exclusivamente en esa función se desatiende a los esencial de la vida, como son la salud, la educación y los servicios, llegándose al punto de deshacer con una mano lo que se quisiera hacer con la otra.Los líderes políticos de los viejos y nuevos partidos siguen hablando en términos del ¿qué? Y se olvidan o no saben ¿cómo? cambiar la situación, cómo enderezar al país enrumbándolo por derroteros de progreso. Parecería que los viejos no han aprendido que sus acciones contribuyeron a lo que tenemos y que los nuevos están aprendiendo de ellos y repitiendo el mismo cacareo, en vez de definir nuevas estrategias  para el desarrollo. Quizás eso se deba a que no ha habido un adecuado  relevo generacional y permanecen en acción personajes que debieron haber pasado a la retaguardia. Y los nuevos solo se ven en el espejo o en el reflejo de aquellos que habiendo tenido la posibilidad de cambiar para el progreso solo siguieron haciendo lo mismo que no ha generado resultados positivos.

Si tomamos el ejemplo del petróleo, los políticos, aún los nuevos, piensan que la producción podrá subir de inmediato para remediar nuestros males: se olvidan de que un proyecto de la faja se tardaría por lo menos 10 años en llegar al punto de equilibrio (break even) con inversiones considerables y que las ganancias se generarían en los años subsiguientes y que tendrían que darse las condiciones requeridas para que los inversionistas privados vinieran a invertir (habría que deshacer el candado petrolero). Peor aún, ahora la carga es total sobre el petróleo mermado, diezmado y encadenad porque, aparte de él, aunque insuficientemente,  ahora no hay un parque industrial privado que pueda contribuir a balancear la carga para satisfacer las inmensas necesidades causadas por el trajinar sobre la obstaculización del desarrollo petrolero. Pero ¿cómo hacer para remediar nuestras necesidades acumuladas y proveer un caudal creciente de ingresos que permita recuperar cien años de actividad petrolera tirados por la borda? Ya no tenemos ni el dinero ni la tecnología ni los recursos humanos (se les decapitó) para hacerlo bajo la fórmula de un “capitalismo fracasado de estado” que en estos momentos y por el futuro inmediato nos agobia.


Necesitamos nuevas ideas de nuevas gentes que traigan consigo nuevos enfoques para sacar a nuestro país del deterioro generalizado al que nos han llevado todos los enfoques negativos e improductivos que hemos desarrollado en estos cien años de dependencia petrolera. Durante esos cien años solo hemos dado traspiés pensando que los enfoques izquierdistas en materia económica eran la fórmula para un desarrollo con paso firme de continuado progreso. Nos equivocamos. Requerimos un nuevo enfoque de capitalismo de mercado basado en la inversión de la empresa privada confiando en que el estado pueda realmente resolver las que son sus verdaderas responsabilidades. Caracas, Noviembre de 2015. odoardolp@gmail.com  @oleopon

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