El petróleo y la
repartición de los ingresos.
Por: Odoardo León-Ponte.
Hay un dilema referente al uso de los fondos provenientes
de la actividad petrolera: repartirlo a los ciudadanos o usarlo para el
desarrollo del país y el Desarrollo Humano de la gente. Pero debemos partir de
la premisa presente que hace que para enrumbar al país hacia la senda del
desarrollo, se van a necesitar todos los fondos disponibles y con toda
seguridad que nos quedaremos cortos en
cuanto a las necesidades reales versus la disponibilidad, una vez abierta la
caja de pandora que nos conoceremos al iniciar la salida del socialismo de
siglo XXI.
El país necesita una inmensa cantidad de fondos para
actualizar todo lo que no se ha hecho y para reparar y reponer todo lo que se
ha dañado durante los últimos 25 años, además de los fondos necesarios para expandir
la infraestructura para comenzar a adecuarla a las consideraciones actuales y futuras
de crecimiento del país. Inmensa cantidad todavía no cuantificada. Las solas
necesidades de la actividad petrolera en manos del estado requeriría todos los
fondos que genere el petróleo por los próximos años para adecuar su
infraestructura y hacerla operativa dentro de rangos y estandares aceptables en
cuanto a producción, transporte, refinación y distribución de crudos y
productos y seguridad. Recordemos que durante los últimos diez años, la
actividad petrolera del estado ha sido desatendida totalmente, disminuyendo su
capacidad generadora de dinero a tasas ínfimas, aparte de que tampoco se prevé
un incremento en los precios ni en la producción que permita generar más fondos
que los actuales para las necesidades antes mencionadas. Si al panorama
anterior le añadimos la tesis de que los fondos generados deben ir al
ciudadano, dejaríamos sin fondos al estado para atender a sus necesidades para
con la gente, por lo menos en cuanto a los subsidios que será necesario
mantener durante el largo tiempo que tomará calificar a la gente para
mantenerse por sus propios medios. ¿Y si incorporamos los reales necesarios
para importar todo lo que consumimos y para aumentar el caudal del aparato
productivo privado? Como quiera que se analice el panorama financiero, aunque solo
sea por encimita, encontraremos que enfrentamos y enfrentaremos una situación
de inmensa escasez de fondos y de insumos y bienes de consumo durante los años por
venir. ¡Que dilema! ¿O será “trilema” o “multilema”? Como quiera que se vea,
parecería que no tendremos los fondos necesarios para atender a las
necesidades, ni la posibilidad de aumentarlos de inmediato (la lentitud
relativa al aumento de la producción: el candado petrolero y menores precios y
producción de petróleo). ¿Qué hacer y sobre todo ¿cómo? hacer para resolver este complejo “multilema”? Por
el camino que hemos transitado no se
podrá resolver la situación financiera
para atender a las necesidades para convertirnos en un país viable.
Continuarán los tiempos difíciles como los que nunca
antes hemos enfrentado y no tenemos a la mano los instrumentos producto de los
nuevos enfoques que tampoco tenemos y que se requieren para resolver la
situación a la que hemos llegado y poder encaminar al país hacia una nueva
senda del prometido pero nunca logrado progreso. La pregunta a contestar:
¿Cuáles son las políticas y las estrategias que se aplicarán para resolver este
difícil cuadro? ¿Quién las ofrecerá para iniciar las necesarias y urgentes
discusiones y el urgente resultante plan de acción para llevarlas a cabo? Pero
por favor que no sean más de lo mismo. Se necesitan ideas nuevas; creativas;
progresistas; osadas; a futuro.
Caracas, Diciembre de 2015.
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