domingo, 3 de agosto de 2014

El petróleo y la cultura venezolana

Las petroleras siempre le dedicaron un gran esfuerzo a apoyar la cultura del país a través de distintas y variadas participaciones, motivaciones e, incluso, llegando a financiar a través de la adquisición y la promoción, los más variados tipos de esfuerzos. Sus prácticas las convirtieron en pioneras de muchas actividades que contribuyeron a crear cultura aplicando conceptos y prácticas dentro de la actividad industrial. Esto se debía a que eran empresas provenientes del Primer Mundo, con actividades en un país subdesarrollado y al hecho de que tenían criterios y fondos para hacerlo y porque estaban afiliadas al progreso de Venezuela.

Las empresas petroleras crearon sus revistas internas y externas, todas dentro de conceptos progresistas en su área. Son de grato recordatorio la Revista Shell  y El Farol de la Creole que permitían una participación amplia en pro de la cultura y que fueron dirigidas por distinguidos venezolanos, en su tiempo. Con las revistas internas como "Nosotros" y "Tópicos Shell" se incorporó el periodismo dentro de la empresa y con los tradicionales regalos institucionales y los calendarios de fin de año, se promovía la cultura en sus diversas manifestaciones y se la publicitaba y se presentaba la realidad de las bellezas naturales y los usos y costumbres criollas. En muchos casos se adquirieron archivos, colecciones y obras completas para donarlas como mecanismo para incorporarlas al patrimonio nacional o para conservarlas cuando se corría el peligro de que se perdieran.

En cuanto a las artes plásticas, se institucionalizó la adquisición de obras como una forma de promover esas actividades contribuyendo así a su difusión y participando en ella. Incluso hubo concursos de arte sobre manifestaciones artísticas específicas. Aparte de la contribución, se fueron creando colecciones de arte y reservas de patrimonio nacional en las empresas que fortalecieron la cultura nacional a través de la propiedad de obras de los más distinguidos representantes de la plástica nacional. En la educación, la ciencia y la salud, las petroleras tuvieron siempre una motivación propia y fueron reconocidas siempre sus escuelas, hospitales y las contribuciones a las distintas instituciones en toda la geografía nacional. También se crearon Fundaciones en el caso de la Shell y la Creole para contribuir con el país sin que privara un interés más allá de la promoción de su desarrollo.

Las presiones financieras provenientes de la acción del Estado en función de sus permanentes e ingentes necesidades financieras y las decisiones que cerraron el futuro para la actividad petrolera privada, redujeron dicha contribución. Con la estatización, la Pdvsa siglo XX y sus filiales intentaron mantener en forma parcial una actividad parecida en la que se recuerda con inmensa nostalgia: los Cuadernos Lagoven, los libros como regalos de fin de año, las donaciones a las universidades, los calendarios de fin de año: todos con un subyacente objetivo de cultura.

Las decisiones políticas en la industria petrolera estatizada fueron mermando la contribución a nuestro patrimonio cultural. Quedó, sin embrago, la sumatoria del esfuerzo de un siglo de actividad petrolera que quién sabe de qué manera y dónde se encuentra. En el siglo XXI la contribución a la cultura ha sido en función de un interés político y del voto para el partido de gobierno.         

odoardolp@gmail.com

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