La política reciente sobre petróleo no nos permitirá tenerlo para atacar y resolver las necesidades del país, como resultado del abandono y las trabas de que ha sido objeto en esta etapa política y dado que, por otras razones, es la única fuente de ingreso que pueda seguir jugando el papel de tabla de salvación. La fuente del petróleo se ha deteriorado hasta tal punto que ya no está en capacidad de proveer los recursos necesarios. ¿Por qué?
Pdvsa ha absorbido el control total de la actividad productiva y domina por mayoría accionaria y reglamentación operativa todo lo que se hace, lo cual significa lo que no deja hacer. Tiene mayoría accionaria sin la capacidad financiera para sus compromisos y agrega el fondo chino y endeudamiento que hipoteca el futuro, necesidad perentoria para poder generar los ingresos que no genera y que se requieren para la actividad política: objetivo nuevo y primordial de la empresa y propósito con el que se han alineado la actividad y la filosofía de quienes la dirigen y trabajan en ella. Por eso, Pdvsa no puede mantener y mucho menos aumentar su producción propia, que ha descendido significativamente durante los últimos años, ni tampoco hacer los aportes necesarios para que los proyectos varados de las empresas mixtas puedan iniciar su actividad. Es bueno anotar que estos proyectos varados, de arrancar, no resultarían en un incremento inmediato significativo de la producción.
La capacidad instalada de refinación funciona a nivel insatisfactorio que no logra satisfacer los requerimientos del mercado interno y mucho menos llegar a las cuotas pasadas de exportación. Esto, unido al crecimiento del mercado interno de combustibles líquidos del país, la incapacidad de producir más gas, la falta de inversión en generación y transmisión hidroeléctrica y la insuficiencia en su red de transmisión, generan un cuadro de urgentes requerimientos de inversión en materia petrolera para incrementar la disponibilidad de productos tanto para la exportación como para nuestros propios requerimientos, ya que a falta de capacidad de generación de energía proveniente de otras fuentes, la única alternativa es el petróleo.
La "gallina de los huevos de oro" ya no lo es. Cuando se la decapitó al "botar" a toda la plana mayor capacitada y calificada que la industria había desarrollado con gran esfuerzo y dedicación durante los sesenta años en que privaron normas gerenciales sanas, se la condenó al fracaso. No fue la primera vez que se hubiera pensado que "el petróleo sale solo" y que, para sorpresa de muchos, no era verdad: solo que había quienes lo hicieran parecer como cierto, posible y normal.
¿Con quién contamos para salir del atolladero en que nos encontramos? ¿Qué fondos podemos invertir en el desarrollo de la industria petrolera? ¿Podríamos obtener préstamos? ¿Con qué pagaríamos los intereses causados? ¿Quién nos va a prestar dinero? ¿Qué ideas y acciones filosóficas como la reforma de leyes o administrar mejor lo existente nos servirán para rescatar la actividad bajo la urgente situación actual? ¿Con cuáles recursos humanos lo vamos a lograr? ¿Cómo vamos a rescatar lo irrescatable?
La Pdvsa estatizada producto de todos los años de actividad bien llevada; la Pdvsa exitosa y de primer mundo que conocimos, pereció. Solo nos queda recordarla con cariño, reconocerle sus méritos y llorar su pérdida.
odoardolp@gmail.com)(odoardolp.blogspot.com
Pdvsa ha absorbido el control total de la actividad productiva y domina por mayoría accionaria y reglamentación operativa todo lo que se hace, lo cual significa lo que no deja hacer. Tiene mayoría accionaria sin la capacidad financiera para sus compromisos y agrega el fondo chino y endeudamiento que hipoteca el futuro, necesidad perentoria para poder generar los ingresos que no genera y que se requieren para la actividad política: objetivo nuevo y primordial de la empresa y propósito con el que se han alineado la actividad y la filosofía de quienes la dirigen y trabajan en ella. Por eso, Pdvsa no puede mantener y mucho menos aumentar su producción propia, que ha descendido significativamente durante los últimos años, ni tampoco hacer los aportes necesarios para que los proyectos varados de las empresas mixtas puedan iniciar su actividad. Es bueno anotar que estos proyectos varados, de arrancar, no resultarían en un incremento inmediato significativo de la producción.
La capacidad instalada de refinación funciona a nivel insatisfactorio que no logra satisfacer los requerimientos del mercado interno y mucho menos llegar a las cuotas pasadas de exportación. Esto, unido al crecimiento del mercado interno de combustibles líquidos del país, la incapacidad de producir más gas, la falta de inversión en generación y transmisión hidroeléctrica y la insuficiencia en su red de transmisión, generan un cuadro de urgentes requerimientos de inversión en materia petrolera para incrementar la disponibilidad de productos tanto para la exportación como para nuestros propios requerimientos, ya que a falta de capacidad de generación de energía proveniente de otras fuentes, la única alternativa es el petróleo.
La "gallina de los huevos de oro" ya no lo es. Cuando se la decapitó al "botar" a toda la plana mayor capacitada y calificada que la industria había desarrollado con gran esfuerzo y dedicación durante los sesenta años en que privaron normas gerenciales sanas, se la condenó al fracaso. No fue la primera vez que se hubiera pensado que "el petróleo sale solo" y que, para sorpresa de muchos, no era verdad: solo que había quienes lo hicieran parecer como cierto, posible y normal.
¿Con quién contamos para salir del atolladero en que nos encontramos? ¿Qué fondos podemos invertir en el desarrollo de la industria petrolera? ¿Podríamos obtener préstamos? ¿Con qué pagaríamos los intereses causados? ¿Quién nos va a prestar dinero? ¿Qué ideas y acciones filosóficas como la reforma de leyes o administrar mejor lo existente nos servirán para rescatar la actividad bajo la urgente situación actual? ¿Con cuáles recursos humanos lo vamos a lograr? ¿Cómo vamos a rescatar lo irrescatable?
La Pdvsa estatizada producto de todos los años de actividad bien llevada; la Pdvsa exitosa y de primer mundo que conocimos, pereció. Solo nos queda recordarla con cariño, reconocerle sus méritos y llorar su pérdida.
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