domingo, 3 de agosto de 2014

Petróleo: ¿Qué hemos hecho?

Nuestra acción política para con la industria petrolera en los últimos sesenta y pico de años nos ha transformado de ser uno de los mayores y principales países petroleros a tan solo un país productor de petróleo en declinación cierta, con relación a nuestros competidores. ¿Cuáles han sido las realidades?

Disponibilidad siempre hemos tenido y mucha, con una inmensa cantidad de reservas de crudos de distintas gravedades, pero principalmente de crudos de baja calidad y rendimiento en productividad por pozo: en consecuencia alto costo relativo de producción al tener que perforar más pozos para una producción dada y altos niveles de inversión en el mejoramiento de los crudos para hacerlos manejables y comercializables. Además, alto costo de inversión en procesos de refinación.

La acción política de nuestros gobiernos siempre ha sido restrictiva y "exprimidora", salvo en aquellos gobiernos en los cuales tuvimos el régimen de concesiones y las dimos. Desde fines de la década de los años 40 hasta el presente la política subyacente imperante por mayor lapso fue la de "sacarle" el jugo a la industria y apostar a que, aún así, los recursos generados serían suficientes para cualquier necesidad aceptable/posible y aún para las mayores extravagancias políticas tanto internas como externas. Durante un lapso importante no hubo mayor confrontación entre los recursos financieros requeridos para la actividad petrolera y aquellos requeridos para el desarrollo del país, pero a partir de la estatización de la actividad se instauró el conflicto permanente entre usar el dinero generado por la industria para su desarrollo y crecimiento, para financiar el crecimiento del país o con fines políticos, exacerbándose  el conflicto a partir del advenimiento del chavismo. No solo eso sino que se profundizó la tesis del control total de la actividad por parte del estado, eliminando las acciones liberales que permitieron la reincorporación de la inversión privada en el desarrollo de la industria y por ende la reducción del conflicto en el uso y disposición de los fondos. Al estatizarse la actividad petrolera y, luego, al exacerbarse la política sobre el control de la actividad y el uso de los fondos provenientes del petróleo exclusivamente con fines políticos, se profundizó el estancamiento del desarrollo del país y su crecimiento y obviamente se intensificó el deterioro del Desarrollo Humano de su gente, aparte del deterioro de toda la infraestructura del país y de todas las empresas y actividades que, incrementalmente, se han incorporado bajo la propiedad de un estado cada vez menos capaz de manejar lo que le es intrínseco y mucho menos lo que no tiene ninguna lógica que maneje, bajo parámetros apropiados a los de un país subdesarrollado que requiere y requerirá, para su futuro y continuadamente, la inversión del capital privado, nacional y extranjero.

Se nos presenta una situación grave en la que tenemos que tomar decisiones que nos permitan reiniciar el desarrollo y crecimiento de un país con inmensas necesidades en todas las áreas, con una capacidad mermada de producción y con la seguridad de que no tendremos ni los fondos ni los recursos humanos para atender a todas esas necesidades en base a un capitalismo de estado. Es hora de instrumentar mecanismos que nos permitan deslastrar al estado de tantas cosas que otros pueden hacer mucho mejor que nuestro Estado deteriorado gerencial, moral, técnica y financieramente.

odoardolp@gmail.com    

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