domingo, 3 de agosto de 2014

El petróleo y nuestros hijos

Los precios de nuestros productos petroleros, crudo, gas y derivados han tenido una tendencia a la baja, dentro de un historial de altibajos, excepto en el Siglo XXI, cuando a pesar de haber tenido los mayores ingresos en nuestra historia, hemos realizado el "milagro" de despilfarrarlos como por arte de magia, llevando al país a circunstancias nunca antes vividas excepto quizás después de la guerra de Independencia.

Empecemos por recordar que a mediados de los '40 del siglo pasado surgió la idea equivocada de estatizar el petróleo como fórmula de "independizar" al país de las influencias nefastas del "capitalismo" y del "imperialismo" y de la influencia de ambos sobre la explotación del petróleo. Recordemos igualmente que nuestra mayor producción fue de 3.750.000 b/d en el año 1970, la cual descendió a 2.500.00 b/d en 1976 (al estatizar) y siguió bajando hasta llegar a 1.750.000 b/d en 1985 (viernes negro), fecha en la que se inició el repunte, después de 15 años de declinación producto de las políticas de los gobiernos de turno. Esa política impidió que el país obtuviera los ingresos necesarios para crecer en petróleo y en el desarrollo del país cuando tuvimos todas las ventajas comparativas para llegar a límites incalculables de desarrollo de nuestra industria petrolera, si hubiéramos abierto su explotación al capital privado y hubiéramos convertido los recursos en desarrollo a través del Desarrollo Humano de nuestra gente. Pero han regido tendencias de la llamada "izquierda" que le han negado al país y a su gente la posibilidad de crecer y desarrollarse para disfrutar de los beneficios de ese desarrollo que, habiendo sido posible le fue negado por razones políticas indefendibles a la postre y que, en su exacerbado énfasis en este siglo pleno de retraso, nos ha llevado a circunstancias en las que habrá que aceptar que nos tardará por lo menos una generación, pero más probablemente dos, reponernos del atraso logrado con la retahíla de desaciertos.

Lo que hemos logrado con estas acciones de "izquierda" y "nacionalismo" desencajados de las realidades de un mundo en proceso de constante modernización, es convertirnos en un país con familias divididas y diseminadas por la geografía mundial debido a la necesidad de lograr el desarrollo personal que ya no nos ofrece nuestro país  y convirtiendo en inconveniente para efectos del progreso personal y colectivo de nuestras nuevas generaciones la permanencia en el país. Lo que antes pudo ser el orgullo para unos y la atracción para otros en función de progreso y libertad, hoy lo es sólo para la avidez de riqueza mal habida y para el disfrute de la anarquía en función de poder. Los que tenemos memoria suficiente tenemos razones para llorar por el futuro de nuestros hijos que tengan que quedarse por necesidad.

odoardolp@gmail.com

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