La industria petrolera siempre requirió insumos y servicios tanto especializados como genéricos. Para obtenerlos buscaba donde quiera que existieran y seleccionaba, entre los más calificados, a los que ofrecían las condiciones económicas más favorables. En materia de servicios generales siempre propendió a usar los servicios provistos en el país: para los especializados, generalmente era necesario recurrir, por razones de falta de capacidad técnica y dimensión económica a nivel nacional, a las empresas extranjeras. En el tiempo, ese enfoque fue cambiando.
En materia de servicios especializados era necesario comprar en el exterior por razones de patentes y de especificaciones técnicas hasta que se fue creando a nivel nacional una capacidad dentro de los proveedores de equipos tales como tuberías, válvulas y otras propias de la actividad. Lo mismo sucedió con las compañías de ingeniería y construcción las cuales llegaron en un momento dado a asociarse con empresas extranjeras para incrementar su capacidad tecnológica y financiera. Así se fue incrementando el acervo de capacidad para proveerle a la industria petrolera el soporte para sus actividades y se logró construir toda la enorme infraestructura de Pdvsa.
En el campo específico de materiales y equipos, la Pdvsa estatizada hizo un enorme esfuerzo para calificar a los fabricantes nacionales en cuanto a la calidad de sus productos, asistiéndolos para que pudieran producir equipos que, llenando los requerimientos técnicos de la industria petrolera venezolana, calificaran para la exportación, abriendo así un nuevo rubro de producción nacional que podía generar ingresos en divisas y ahorrarlas al no tener que importar. En este sentido jugó un papel insustituible y primordial el Intevep, centro de investigación creado para que la actividad petrolera pudiera convertirse en una empresa de Primer Mundo y que llegó a producir patentes de uso a nivel internacional. Los fabricantes de tuberías, al igual que aquellos involucrados en otros rubros también hicieron su agosto para su beneficio y el del país.
En el campo de tecnología especializada se idearon fórmulas para el suministro de servicios que no eran medulares al petróleo como fue el caso de los servicios de informática, a través de la creación de una empresa mixta. En el área de formación y desarrollo de los recursos humanos, al igual que para cualquier empresa de su dimensión, se creó el CIED, para proveerle de las habilidades y capacidades que no pudiera lograrse a través de los esfuerzos conjuntos con el INCE.
Para mantener la flexibilidad requerida en una actividad que se mueve en función de oferta y demanda ajenas a la realidad nacional, la industria mantenía una sana y creciente política para el uso de contratistas que balanceaba con su esfuerzo propio. Igualmente y dadas las limitaciones de su acción en términos de recursos humanos, técnicos y financieros, incorporó a empresas internacionales y nacionales de primera categoría en la producción y mejoramiento de crudos, con lo cual se logró incrementar significativamente la producción de buena calidad. El mercado interno, segmento costoso de la actividad petrolera, se abrió a la empresa privada venezolana y extranjera.
Se acercaba el final del Siglo XX y con el inicio del XXI, terminó la realidad del cuento de hadas, leyenda o mito que fue Pdvsa.
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