domingo, 3 de agosto de 2014

Una estrategia para el desarrollo humano

Una sociedad que desee progresar y desarrollarse necesita un plan general y común en el cual se sigan pautas entendidas y aceptadas por todos. Para ello se requiere la colaboración de todos los miembros de ese conglomerado que es el país, de las fuerzas que lo mueven, que, convirtiendo ese plan general en un gran esfuerzo como miembros de esa sociedad, determinen las necesidades por y para la gente como base de un proyecto nacional de desarrollo humano. La determinación de esas necesidades se haría sobre la base de un análisis macro descentralizado de las necesidades de la gente que conforma nuestro país, tratándolo como un censo orientado a la detección de esas necesidades, para determinar así la base de datos común para construir soluciones reales en base a prioridades. Ese ejercicio contaría con la ayuda, asistencia y participación de todas las organizaciones y personas del país en cumplimiento de su responsabilidad social como miembros de la sociedad.

¿Difícil? Sí, pero con constancia de propósito y esfuerzo, sería un ejemplo propio de una gran sociedad, atacándolo de manera profesional y técnica. Para ello contamos con agrupaciones, tanto a nivel nacional como regional, de empresarios, profesionales universitarios, escuelas y universidades, bancos, ONG's, partidos políticos, organizaciones del Estado, sindicatos, la Iglesia, organizaciones internacionales; en fin, de toda la red existente en la geografía nacional que podría participar como parte de ese gran esfuerzo.

¿Necesario? Sí. Nuestra historia está plagada de intentos fallidos para darle a la gente una solución a sus problemas, sin que hasta ahora hayamos logrado ejecutar un proyecto de desarrollo del país que haya tenido resultados positivos con continuidad en el tiempo, como proyecto nacional a largo plazo. Hemos navegado con cambio de naves, de capitanes y de cartas de navegación sin que hayamos encontrado el rumbo y los resultados que nos provean el desarrollo continuado que todos queremos y al que todos aspiramos.

¿Oportuno? Sí. No se había presentado un momento tan crucial y oportuno como el que vivimos en la actualidad, donde la gran mayoría está dispuesta a incorporarse a un proyecto nacional para lograr el establecimiento definitivo de la democracia como sistema de vida y de progreso. En una oportunidad anterior se enrumbó al país por esa senda con objetivos comunes, hasta que la falta de visión de los dirigentes nos llevó a lo que estamos viviendo, un intento fallido de aplicar sistemas reñidos con la democracia y el progreso, que representan la aspiración de todos los venezolanos.

Las realidades nos han llevado a buscar una estrategia común; una internalización de que tenemos que unirnos que nuestro país siga siendo un proyecto viable que pueda ofrecerle a la gente una solución a sus problemas, basada en la determinación de sus necesidades reales determinadas por y para con ellos; sustituyendo así la consabida promesa de la tablita de salvación que flota sobre la inextinguible esperanza de la gente. Si medimos por los resultados, esa ha sido hasta ahora, en retrospectiva, la única verdadera oferta. Las realidades nos hacen entender que esta es nuestra gran oportunidad y que tenemos que rescatar el activo del país y enrumbarlo, por consenso, sin cortapisas, hacia el desarrollo: El desarrollo humano.


No hay comentarios:

Publicar un comentario