domingo, 3 de agosto de 2014

Petróleo y contrabando

Nuestro Estado todopoderoso nunca ha entendido que el precio de los productos en el mercado interno es la válvula que regula el contrabando, que en el caso de los hidrocarburos siempre se ha llamado disimuladamente "de extracción". Cuando un litro de gasolina o de gasoil se regala en el país por un precio irrisorio, la tentación de explotar la inmensa diferencia se manifiesta y causa problemas que se intenta atajar con la fórmula infantil de control en las fronteras a través de ardides inaplicables y tentaciones insuperables. Hemos llegado al punto en que las monedas de nuestro signo monetario solo sirven para pagar la gasolina: la propina por limpiar el parabrisas es dos o tres veces mayor que el pago por llenar el tanque.

La misma ficción se manifiesta cada día más en los diferenciales de precio entre los productos regulados no petroleros y sus contrapartes en los países vecinos, resultado de intentar aplicar una fórmula insostenible de subsidios y controles (¿?) de precios, para supuestamente aliviar la situación de minusvalía de las clases más desamparadas, sufridores de las acciones de gobiernos que han preferido esquemas llamados de "izquierda" que nos han llevado a un empobrecimiento gradual y constante de la gente. Hay que exceptuar a los muy ricos y a los que trabajan con el Gobierno, a quienes la "bonanza" propia de mecanismos "no santos" les ha permitido un inmenso enriquecimiento.

Bajo la creencia de que la bonanza petrolera podría permitirnos jugar con las realidades a través del mecanismo de subsidios y de compras en el exterior a precios de un dólar que no guarda una relación apropiada con la realidad, en el transcurso del tiempo hemos vivido y sufrido en grado creciente la infantilidad de esa tesis. Pero en los últimos años es que nos hemos dado cuenta, incluyendo a los que están en el Gobierno sin saber qué hacer, que la vía que transitamos solo lleva a un túnel sin salida en el que, sin ninguna iluminación, damos tumbo tras tumbo, caemos sin poder levantarnos y damos patadas de ahogados con la certeza de que sabemos dónde estamos y hacia dónde vamos pero no encontramos una salida. Hoy en día con la estabilización y la tendencia hacia la baja de los precios del petróleo, unida a la reducción de la producción de crudos y refinados y la importación de estos últimos a precios reales, el déficit en la relación producción nacional/importaciones y la reducción de los ingresos en divisas versus los requerimientos políticos y del consumidor, nos han llevado a una situación traumática hasta el punto de que en algunos casos se le asigna a la Guardia Nacional la custodia de los sitios en los que aparecen los productos que escasean para evitar contratiempos. 

Quizás hay que pensar que nuestra realidad como país es que, a través del tiempo, los dirigentes quienes en su turno han conducido el país, se han valido en forma creciente de la ignorancia del pueblo al que no le han dado la oportunidad de desarrollarse para lograr mayor cultura, para con promesas (incumplidas) atraerlo para votar a favor de la propuesta de turno. Esto, agregado a la nueva "política" de convertir a las instituciones del Estado en instrumentos de publicidad del Gobierno para buscar los votos a través del subsidio directo de las necesidades, apoyándose en la esperanza, nos han victimizado con un contrabando político en perjuicio de la gente a todos los niveles.

odoardolp@gmail.com

http://odoardolp.blogspot.com

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