domingo, 3 de agosto de 2014

Izquierda - derecha o desarrollo humano

En nuestra sociedad, el debate gira sobre enfoques de izquierda, de derecha, de centro o de sus combinaciones y olvidamos que no tenemos políticas ni estrategias que resuelvan los problemas por y para la gente. Cuando vamos a la aplicación de las soluciones a los problemas de esa gente, usamos definiciones y terminología no adaptadas a nuestras realidades y caemos generalmente en un continuum de fórmulas para satisfacer las necesidades de la gente que no son producto de un análisis de sus necesidades reales determinadas por y con ellos mismos. Anotamos lo que tradicionalmente nos ha parecido que ellos necesitan y planteamos las soluciones en función de los instrumentos y no de las acciones que resuelvan las necesidades reales de la gente.

Las soluciones ofrecidas son relativas al qué, pero no al cómo, al diseño de instrumentos o a su mejoramiento y no a acciones que sean solución a las necesidades de la gente, determinadas por ellos mismos. Nos convertimos en o pretendemos ser intérpretes de sus necesidades y les ofrecemos soluciones generales determinadas por nosotros y no por ellos, aun sabiendo que lo que ofrecemos puede ser y seguramente será incumplible. Solicitamos su confianza en la oferta de soluciones a sus necesidades y vemos, en el transcurrir del tiempo, al igual que ellos que viven las realidades, que las soluciones no aparecen y que los problemas se incrementan para que sea cada vez más difícil cumplir las promesas y resolver las situaciones que cada día causan mayores penurias. Generalizamos y al hacerlo caemos en la irrealidad de usar prototipos inexistentes y soluciones genéricas igualmente inaplicables, tanto para el individuo como para las comunidades. No tomamos en cuenta las diferencias en las necesidades entre las personas y entre las comunidades de personas.

Intentamos las soluciones centralizando la acción como si no hubiera comprobación suficiente de que la descentralización es la que más se aproxima a las soluciones más apropiadas. Nos batimos para lograr o mantener el poder, sin que hayamos entendido que el poder reside en resolver los problemas por y para la gente, atendiéndolos en bases a necesidades determinadas por y para ellos e incentivando y permitiendo su participación efectiva en las acciones requeridas para la solución de sus problemas. Al ser participes serán igualmente testigos al transitar por las dificultades propias del desarrollo de las soluciones. Hacemos uso de la inextinguible e interminable esperanza de la gente y les ofrecemos acciones sin que aparezcan los cambios que esa gente necesita.

El Estado toma para sí la responsabilidad de las soluciones, dejando afuera la necesaria colaboración y participación de las organizaciones empresariales y sin asignarle ni exigirle a los ciudadanos y a las comunidades su cuota parte de responsabilidad. Este enfoque incrementa el nivel de dificultad para la solución de los problemas o el cumplimiento de las promesas.
A todas luces, el enfoque para lograr los resultados satisfactorios deseados y necesarios, tiene que estar basado en una comprobación de las necesidades, aspiraciones y prioridades por y para la gente, tanto a nivel individual como colectivo; un enfoque que permita que los planes para el desarrollo estén basados en los planes para el desarrollo humano; la fórmula del éxito.

(odoardolp@gmail.com)

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