domingo, 3 de agosto de 2014

Las empresas y el desarrollo humano

Las organizaciones privadas dedican ingentes recursos tratando de cumplir su responsabilidad social como miembros de la comunidad. Sus aportes y ayudas van, entre otros, a la educación, la salud, la cultura o el apoyo a las comunidades. Generalmente los programas con los que colaboran, son producto de los paradigmas establecidos por su dirigencia en base a solicitudes externas y a recomendaciones de su sección encargada de la responsabilidad social y, al hacerlo, no hay duda, ayudan a esas organizaciones. Se estimula el voluntariado de los trabajadores para colaborar con o crear acciones sociales que propendan a ayudar a organizaciones y comunidades. Se cobijan las acciones bajo el lema de Responsabilidad Social Empresarial y se crean foros para presentar las acciones como ejemplo de las mejores prácticas. Se promueven acciones orientadas al reconocimiento de logros personales o institucionales y se crean premios con distintos parámetros y objetivos; se incluye la actividad editorial como parte importante de la acción social. En muchos casos se confunden los roles cuando las organizaciones toman para sí responsabilidades ajenas y es frecuente ver que se remedia el instrumento mas no se mejora el producto o el servicio que allí se presta. Es común incorporar los aportes a las de acciones de terceros para cumplir con nuestra responsabilidad social. A esto hay que agregar que no usamos parámetros de medición efectiva, uniforme y común que permita medir la contribución de cada programa o acción en términos tangibles, exceptuando la contribución en moneda contante y sonante y la medición por los reconocimientos recibidos de aquellas organizaciones o personas objeto de la ayuda. Es casi inexistente la referencia a o el uso de los conceptos de desarrollo humano.

Dentro de este cuadro de realidades en cuanto a las acciones para manifestar y hacer efectiva la cuota de responsabilidad social de cada institución, surge la necesidad de incorporar los conceptos de desarrollo humano a nuestros programas de responsabilidad social que incorporen lo social, lo moral y lo humano. El enfoque de desarrollo humano, ataca a nivel de los receptores finales, la determinación de sus necesidades. Para ello, las organizaciones deben incorporarse como miembros activos de las comunidades a las cuales pertenecen y determinar, directamente, las necesidades, por y para la gente, de esas comunidades, con el fin de asegurar que, efectivamente, su acción sea producto de su responsabilidad social alineada con sus necesidades y prioridades. Igualmente, la determinación de las necesidades de esas comunidades, que pudiera hacerse conjuntamente con otras organizaciones o con el Estado, le permitiría a las organizaciones, individual, sectorial o colectivamente, exigir, como miembros activos y responsables de la comunidad en la cual prestan una contribución y hacen un aporte dentro de su sector, que las políticas públicas atiendan a las necesidades detectadas, contribuyendo así a que las acciones respondan a las realidades, sin que haya reemplazo o sustitución de responsabilidades ajenas y que, en caso de que se convenga en ese reemplazo, haya una contraprestación apropiada en beneficio del reemplazante. Así, estaríamos propendiendo a que el esfuerzo de todos los sectores se enrumbara hacia el mismo fin: El desarrollo humano.

odoardolp@gmail.com

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